34| El tiempo curará todo

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— Martin respira hondo va — Me insistía Juanjo mientras me agarraba las manos para respirar a la vez que yo.

— No-No puedo — Dije hiperventilando

— Venga Martin yo se que puedes venga, uno dos y tres respira hondo, muy bien así, sigue — Dijo sonriéndome Juanjo.

— Juanjo porque me ayudas — Le pregunté frunciendo los ojos ya que de tanto llorar me costaba verle con claridad.

— Porque me importas — Contestó Juanjo

— Jo — Dije poniendo un puchero.

— Venga Duérmete Martin, te vendrá bien seguro — Añadio Juanjo mientras agarraba una manta para hecharmela por encima.

— No quiero dormir solo — Suspiré entrecortado debido a la ansiedad del momento en el salón con Paul.

— Álvaro vendrá ahora seguramente

— No, duerme con Bea que me lo ha dicho por WhatsApp — Respondí alargando las palabras debido a la borrachera que seguía teniendo.

— Bueno tu intenta dormir aún así — Respondió Juanjo un tanto nervioso.

— ¿Puedes dormir conmigo? — Dije de una sin miramiento.

— Que? — Respondió Juanjo prácticamente en un susurro.

— Duerme conmigo porfavor — Dije agarrándole del brazo para que no se fuera.

— Martin pero.....

— Pero nada — Insisti haciéndole un hueco a mi lado.

— No quiero hacerte sentir incómodo Martín, de verdad quieres que duerma contigo.

Mi respuesta fueron tres palmaditas al hueco de la cama que le había hecho y suficiente para convencerle.

— Te puedo abrazar? — Pregunté.

— Eh claro — Por su tono de voz, notaba lo extraño que se le estaba haciendo a Juanjo pero bueno, estoy demasiado borracho como para ponerme a pensar si me conviene o no hacer esto.

A la mañana siguiente soy el primero en despertarse, Juanjo tiene la cabeza apoyada sobre mi pecho y al notificar que es el, mi cuerpo automáticamente se paraliza.

Por un momento se me pasa por la cabeza lo peor, que nos hemos acostado, pero rápidamente recuerdo lo que pasó ayer, la pelea con Paul, Juanjo ayudandome a tranquilizarme y yo pidiéndole que se quede a dormir conmigo.

— Que huevazos tienes Martin, es que no hay nada que hagas bien hijo? — Pensé.

Cuando me vengo a dar cuenta, poco a poco el cuerpo de Juanjo se empieza a mover.

— Mierda que hago, cierro los ojos no que coño hago — Pienso.

— Eh hola, buenos días — Responde Juanjo al ver que estoy despierto con un bostezo.

— Ho-la — Digo escondiendo las manos por debajo del edredón para que no se notará que me estaban temblando.

— Me voy a ir a mi habitación vale Martin, para cambiarme y todo eso — Dijo levantándose de la cama con cuidado.

— Eh claro si, yo igual eh, habrá que bajar a desayunar — Dije acompañadole hasta la puerta.

— ¿Luego podríamos hablar? Después del desayuno, damos un paseo con la calma, si quieres claro —  Comento Juanjo, por su tono de voz podía notar que le daba bastante miedo mi respuesta.

— Eh, claro — Respondí

No podía evitar más este momento.

— Pues adiós — respondió con una pequeña sonrisa satisfecho  antes de irse.

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