Tus dientecitos blancos me hacen reír.
Tu cara fruncida es mejor que la octava maravilla.
Tu pelaje de color inexacto es suave al tacto.
Te quiero desde el primer momento
y te querré hasta mi último aliento.
Tu inocencia y verdad alegran todo lo que conozco.
Todo lo daría para que junto a mí todo lo vivieses,
y nada de lo que suceda te perdieses,
pero el ciclo de la vida es así,
y cuando te mueras,
espero que sea porque a los perros ya no puedas ladrar
y apenas puedas andar,
entonces recibiré tu muerte
con los brazos abiertos
y con una sonrisa triste te lanzaré tres besos.
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Mezcla medicinal
PoetryTras mi primer viaje por lo que significaba tener un corazón roto, volví a caer en los encantos de otro chico. No duró mucho, pero fue suficiente para abrir mi libreta gris y empezar a escribir. Mientras escribía los primeros poemas sobre él, me di...