Los gemelos Hayashi

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-¡Ah! Aki eso duele.- Kou deja de hacerme cosquillas e intenta separar mis manos de su cabello, lo empujo al sujetar sus hombros logrando que se levante y me deje en libertad.-Que cruel eres...

-Somos iguales, ahora ayúdame a levantar, me duele el estomago de tanto reír.- Kou me tiende su mano, apenas la toma comienza a jalarme hacia arriba para que me levante pero le hago un poco de peso muerto, Kou bufa molesto o intenta hacerlo ya que la sonrisa no se le borra de la cara.

-Vamos, sabes que tenemos poco tiempo.- asiento dándole la razón y dejo que me levante del suelo, con mi mano libro sacudo mi cabello para liberarlo de las hojas secas.- ¿Que deberíamos cazar? ¿Tienes antojo de al en especial?

-Mm.- me giro en dirección a la espesura del bosque, intento captar algún sonido o aroma que llame mi atención y abra mi apetito pero no hay nada.- Por ahora vamos a corre un poco, hace mucho que no damos vueltas por el bosque bajo la luna.

-Está bien, debimos
-traer a Tatsu
-Si, abría sido
-como cuando niños.- Kou me sonríe acostumbrado a que termine cada frase o viceversa, nuestros pensamientos están demasiado conectados.

-Deja eso.- Kou me palmea la espalda y se adelanta caminando por un indefinido sendero. Lo sigo evitando las ramas que crecen a la altura de mi cara.

-¿Dejar que Kou?- lo alcanzo y paso mi brazo por sus hombros, el cuerpo de Kou siempre esta cálido para mí. Según Tatsu nosotros tenemos la misma temperatura pero no soy un termómetro como para saber si es cierto o no, bueno cuando Tatsuya era pequeño solía decir que no éramos iguales que sólo teníamos muchas semejanzas. Debe ser ese el motivo de que sea nuestro consentido, es el único que nos identifica.

-Deja de pensar en cuando encontraremos a nuestras parejas, deja de pensar en Tatsu abandonándonos y dejándonos de lado, deja de pensar que nadie en el mundo puede diferenciarnos.- Kou gira el rostro para mirarme.

-Perdón. ¿Te diste cuanta?


Suspiro, Aki puede ser el mayor y todo eso pero cuando estamos solos no sabe controlar sus emisiones ni sus pensamientos. Como su gemelo y debido a que tenemos una conexión muy estrecha siento todo lo que él, más que sentir, intuyo que algo le ocurre.

-Por supuesto, siempre te pones melancólico cuando piensas en eso.- Aki es mi freno ante los impulsos agresivos cuando estamos con mas personas así como yo soy su freno emocional cuando estamos solos.

-Como esperaba de mi otra mitad.- susurra como si fuera un secreto, aun tiene un deje de tristeza en la voz pero su mirada ya no esta pérdida en la nada.- ¿En verdad crees que alguien nos pueda identificar?

-Iniciando con Tatsu-nii, las siguientes serian nuestras mates cuando se dignen a aparecer.- me encojo de hombros, Aki se ríe un poco por mi forma de decirlo pero se detiene y entrecierra los ojos.

Unas increíbles ganas de morder algo me embargan, giro a ver a mi hermano pero ya no es un adolescente lo que veo si no que hay un alto lobo blanco donde antes estaba Aki. Sus ojos escrutan el bosque en busca de su presa, las ganas de matar provienen de Aki.

Definitivamente mi reflejo necesita una clase de manejo de la emociones, sabe que cuando se coloca así sus sentimientos me afectan a mí y soy quien debe hacer el esfuerzo por controlarlos.

-Te seguiré de cerca, más te vale que sea un ciervo o algo así.- El lobo me mira y se lame los labios peludos, aguanto la risa para no distraerlo más. Doy un paso a un lado dejando el camino despejado para Aki que sale a toda velocidad, me transformo segundos después de que el lobo blanco desaparezca de mi vista.

Aun si no me escuchas Where stories live. Discover now