¡¿Draco?!_ Grito preocupado Zabini, no sabía dónde se encontraba y eso solo lo ponía más preocupado.
¡Malfoy! ¿Dónde estás? No es broma_ Ron estaba asustado, de la nada sintió un brazo agarrarlo de la cintura sobresaltandolo, no podía verlo la cara...
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Pequeños rayos de Sol entraban por la recámara llegando a molestar a una de las personas que estaba durmiendo cómodamente sobre las sábanas de terciopelo negras. Draco despertó un poco aturdido, pero extrañamente se sentía increíble. Era como haber despertado después de un gran sueño. No estaba seguro de lo que había pasado pero sentía que podía correr cincuenta vueltas en la canchas de quidditch sin cansarse, pero definitivamente le encantaría repetirlo si con eso despertara así todas las mañanas de su vida.
Fue cuando volteo a su lado izquierdo encontrándose con una desordenada cabellera rojiza que reconocería en donde fuera, una espalda pecosita y aterciopelada donde las cuevas se perdían debajo de las sábanas en dirección a dos lindas pompis, que tal vez en otro momento se encargaría de tener entre sus manos y apretujar, de momento lo que era importante es ¿Que rayos había pasado? Lo último que recordaba era estar discutiendo con la comadreja sobre dónde irían a comer, ahora por una extraña y divina razón estaban en la cabaña que sus padres habían comprado hace una semanas en su recámara con Ron a su lado desnudos. No se quejaba para nada, pero una explicación no estaría mal.
El movimiento acompañado de un quejido hizo que se concentra más en su lindo pecosito que estaba a su lado, luego se percató de algo que lo dejo anonadado.
Ron estaba lleno de marcas, no solo chupetones y pequeños rasguños, había un sinfín de grandes rasguños, marcas de mordidas, besos marcados que parecían moretones de tanta fuerza, muchas marcas rojas que si mirabas con atención podías notar que asimilaban la siluetas de manos y todo eso estaba expandido por todo el cuerpo.
¡¿Que rayos le había pasado a su comadreja?!
Draco estaba tan impactado que no se había dado cuenta que unos zafiros azules lo miraban de manera acusadora.
Estúpido M-Malfoy_La voz de pequeño Weasley sonaba ronca y cansada.
_R-Ron ¿Que..?_
Cállate, no quiero oírte ni hablar por el resto del dia_ Muy avergonzado, se dio la vuelta como pudo de la cama porque sentarse en estos momentos estaba muy fuera de sus límites_ Fuera de aquí estúpido Malfoy_ Ron apunto con su brazo a la puerta.
_¿P-pero? Es mi cuarto_
¡¿Te parece que eso me importa?! ¡Mejor lo hubieras pensado antes de dejarme así! ¡Estúpido Malfoy!_ Empezó a lanzar cualquier cosa que estuviera a su al alcance de su mano.
Cálmate, ya tranquila_ El platinado intentaba esquivar todo lo que le lanzaba.
