Capitulo 1

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Las voces de escuchaban en la cafetería, las pisadas y las máquinas haciendo café. La trabajadora estaba atendiendo a una estudiante de preparatoria, esta le había pedido un café con leche y un poco de azúcar, acompañado de un panquesito de fresa con chispas de chocolate.

Se escuchaba una ambulancia pasar por enfrente de la cafetería, lo que llamó la atención de Catherine, la trabajadora de la cafetería. Se quedó pensativa y después volvió a lo suyo.

A veces las ambulancias no cumplían con su trabajo, las personas morían en el transcurso hacia el hospital, así que, de que valía la pena subir en ellas? Si, varias se salvaban, pero y si no?

-Toma, aquí está tu café- Hablo Catherine relajada -yy tu pastelillo, espero sea de tu agrado- sonríe
-Muchas gracias, emmm...-
-Catherine- Sonrie -Por cualquier cosa estoy aquí- La chica se sintió relajada al escuchar esas palabras y asintió con su cabeza.
-yo me llamo Joelle, un placer Catherine-
Ambas se dieron la mano.
Joelle decidió probar el café, era delicioso, sentía como el suave aroma pasaba por su nariz y como el sabor a café acariciaba su lengua, mi podía soportarlo y se hecho a llorar, no podía parar, sentía como si de una cascada en su cara se tratara. La dulzura se aquel cafe la hacía sentir como si se burlara de ella, por no poder hacer nada en ese momento, por no poder ayudarlo de alguna manera.
-Joelle, ¿Sucede algo?- Joelle sintió una mirada en ella, era Catherine
-Y-yo...no sé qué hacer, me siento muy...- no pudo terminar la oración y lloro más con la frente en el café. Mordía sus labios de la frustración, le dolían los ojos de tanto apretarlos para no llorar, solo quería que el volviera.

-Si no te molesta, ¿me contarías que sucedió Joelle? No te preocupes, aquí estoy para ti- Sonrió de una manera en la que Joelle se sintió cómoda y asintió.

Joelle asistía a clases de atletismo en su preparatoria, no era muy buena, pero tampoco era la peor. Amaba hablar con sus amigos y en especial con su amigo Jonh, un chico realmente atlético y excepcional en el atletismo, era joven pero había superado muchas expectativas con solo 16 años. Joelle lo admiraba por su coraje, entusiasmo y amabilidad, era un buen chico y a todos les agradaba, sabía cómo encajar con las personas de inmediato y siempre estaba hay para apoyarte.

Jonh había nacido en una familia amorosa, que siempre lo apoyaba cada ves que podía, estaban orgullosos de él, era una buena persona. Joelle, al contrario, no venía de una familia muy amorosa, sus padres trabajaban mucho y casi no tenían tiempo con ella pero el tiempo que tenían juntos lo disfrutaba mucho, ya que era casi nulo el convivir con ellos. Michelle, la madre de Joelle era amable y sociable, alguien que a su corta edad se había vuelto una cirujana prometedora, al igual que su padre, Damián. Aunque no era cirujano, era un viajero, uno que era popular por sus atrevidas exploraciones, al igual que peligrosas, aunque parecía que el miedo tenía miedo de él, eso la hacía sentir orgullosa. En uno de aquellos increíbles viajes que hacía su padre, el planeo escalar el Monte Elbert, de más de 4421m. Mientras escalaba el gran monte una gran tormenta lo agarró a mitad de su camino y resbaló de una roca y falleció un 18 de Marzo. Esto devastó a su madre, al igual que a Joelle. En uno de sus entrenamientos (2 meses después) ella se derrumbó al recordar a su padre y se fue a una esquina a llorar, en eso, Jonh se le acercó, la consoló y la abrazó hasta que paró de llorar. Joelle no se enamoró de él, más bien lo consideraba como su hermano, le tenía mucho aprecio, al punto de que podría decirle que lo "amaba". Apreciaba cada día que tenía con él y disfrutaba cada risa que él le sacaba, hasta que un 13 de junio, un día antes de su cumpleaños en el entrenamiento de atletismo le dio un paro cardiaco y falleció en el entrenamiento. Ella observaba como los entrenadores de al rededor lo trataban de reanimar o ayudar hasta que llegara la ambulancia y mientras tanto ella no podía hacer nada, solo observaba paralizada, sin poder hacer nada, solo viendo cómo se iba poco a poco.  12 minutos después la ambulancia no había llegado y el ya había fallecido. Se le hicieron estudios y no padecía de ninguna enfermedad cardiaca, al igual que lo confirmaban sus familiares. Con un gran futuro por delante y con personas que lo apoyaban, el dejo este mundo. ¿Se le podría considerar mala suerte? O tal ves solo ya no podía pertenecer a este mundo...ella no lo sabía, pero para ella perder a otra de las personas más importantes de su vida no era fácil, odiaba el hecho de no haber podido hacer nada, y culpo a la ambulancia por no llegar a tiempo. Si ellos son los profesionales, ¿por qué lo pudieron llegar a tiempo? ¿Por qué no lo pudieron salvar? Se hacía esas preguntas día tras día, no entendía por qué Dios siempre le arrebataba a aquella gente que tanto apreciaba, odiaba sentirse así, sentirse sola, vacía, sin apoyo, sin nadie, solo siendo una persona más en un mundo de los cientos de millones...quería acabar con todo, estaba cansada, no podía con nada, se sentía perdida, no tenía hambre ni ganas de volver al atletismo, el estar allí solo le recordaba a Jonh,  junto la impotencia de no poder hacer nada, de ver sus ojos cerrados y que no se volvieron a abrir nunca más.

Joelle contaba toda esta historia en los brazos de Catherine, no podía entender cómo se derrumbaba con una desconocida, pero no aguantaba más, ya no soportaba nada, ya no quería vivir, extrañaba a su papá, extrañaba a Jonh, no podía hacer nada para que este regresara y era lo peor de todo, no lo pudo ayudar como el la ayudó a ella. "¿Por qué no puedo ser igual de fuerte que tú Jonh?" Se repetía todos los días eso, era una completa inútil.

-Joelle, mírame a los ojos-
Joelle, temblorosa miro a Catherine, que con ojos de esperanza le dijo
-Ellos te amaban, no eres inútil, no es que no pudieras hacer nada, nada de esto fue tu culpa, tú no decidiste que pasara eso ¿pero sabes? Ellos no murieron tristes, estaban haciendo lo que más les gustaba hacer, por ejemplo, a tu papá le encantaba explorar y hacer todo tipo de actividades y Jonh...Jonh amaba el atletismo, ambos amaban la vida, ellos no murieron con arrepentimientos, ellos si, extrañan la vida, pero saben que al final de todo, había alguien que los esperaba con los brazos abiertos en casa, y que no estaban solos, por qué a pesar de que todo se estaba acabando, ellos, en su última vista fue su vida, fuiste tú, fue la familia, fueron los amigos que hicieron en ese espinoso, peligroso y arriesgado camino al cual llamamos vida. Jonh te consoló por qué no quería verte así, no quería verte triste, y ahora mismo, te apuesto que el está consolándote, tal y como lo hizo en el pasado, por qué ese espacio que tú le hiciste en tu corazón a Jonh será su casa, donde el siempre estará contigo, aún si no lo ves, aún si no lo sientes, el está hay, a tu lado, al igual que tu papá, ambos te apreciaban Joelle, no estás sola, no pienses en un "que hubiera pasado", lo importante es saber que murieron sin arrepentimientos, sabiendo que hicieron todo lo que pudieron y vivieron a lo que llamamos vida.
Los extrañarás y no es fácil olvidar, es algo de superación, pero debes saber que debes seguir adelante, sabiendo que ahora ellos serán tus angelitos, aquellos que te cuidarán y siempre estarán a tu lado, ellos nunca te dejarán sola, por qué ellos siempre estarán para ti.-
Catherine sonrió para Joelle y está la abrazo más fuerte
-Muchas gracias...enserio, muchas gracias, no se que hacer pero tomaré tus palabras por que se que son verdad, muchas gracias, enserio muchas gracias-

El tiempo pasó y Joelle salió de la cafetería sin más, pero con una luz más brillante que antes en sus ojos.






Fin del primer capítulo.


¡Gracias por leer el primer capítulo de "Cafetería clandestina"!

Fue un poco corto pero prometo que el próximo será más largo, ¡espero con ansias sus opiniones!

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⏰ Last updated: May 02 ⏰

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