Prologo 1

63 6 0
                                    

En la vida, el primer amor es como una llama ardiente que ilumina nuestro ser con su pureza y pasión. Es un sentimiento tan intenso y genuino que nos transforma, haciéndonos sentir más vivos que nunca. Pero cuando perdemos a ese amor, nuestro corazón queda sumido en un profundo dolor que nos consume, llevándonos a cometer errores impulsados por la tristeza y la desesperación. Porque amar nos convierte en seres vulnerables y humanos, capaces de experimentar la alegría más sublime y el sufrimiento más profundo. En la vida, hay amores que trascienden el tiempo y el espacio, que se convierten en parte de nuestro ser y nos acompañan en cada paso que damos. Pero hay amores que, aunque fugaces, dejan una huella imborrable en nuestro corazón, como una estrella que brilla en la oscuridad de la noche. Así fue el amor que perdí, un ser querido que se desvaneció como el humo entre mis manos, dejándome con un vacío insondable y un dolor que parecía no tener fin,vi con mis propios ojos como dejaron el cuerpo delicado de mi amada

-No te preocupes amor mío,que tu sangre no caerá en vano, haré que se arrepientan de haberte hecho daño,pagarán con su sangre y la de toda su generación,vivirán los mismos años que tú y morirán a tu misma edad,caerán en la oscuridad tan fácil como cuando se atrevieron a quitarte aquella luz que se reflejabas en tus ojos,te lo juro-Bese los labios llenos de sangre de mi amante.....

Lazos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora