Capítulo O3

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Jimin maldijo entre dientes.

Hacía casi una hora que estaban esperando, él y Sungmin, en la sala de espera del hospital, listos para irse solo Dios sabe a dónde. El servicio meteorológico había acertado el pronóstico, y la tormenta de agua nieve cayó con ganas sobre Busan, y si seguía como decían duraría varias horas.

¿Era el hombre mala suerte o qué?

Dejó que Sungmin jugara a su lado mientras aguardaban a que mejore al menos un poco.

El pequeño tenía puesto su gorro de osito panda que cubría sus orejas de intenso frío, más su camperita azul llena de arcoíris pequeños.

Luego de uno minutos, en que Jimin se perdió en su mente, sintió un tirón en el estómago cuando vió el rostro triste de Sungmin, al tener que dejar de jugar con una niña de casi su edad cuando su madre omega lo miro de arriba a abajo por ser hijo de un omega no marcado, y con un nudo en la garganta entonces se ofreció a jugar con él.

Su hijo no se merecía tal desprecio.

Era siempre así, la gente los trataba como personas de segunda clase solo por no tener un alfa en sus vidas. Por no tener una maldita marca en su cuello, lo condenan a él, lo dejan de lado. Pero no al alfa que lo usó y maltrato siendo tan solo un adolescente. Jimin sabía que la sociedad estaba de cabeza, y le dolía pensar que su hijo se iba a criar marginado por culpa de él haber confiado en la persona equivocada, aunque si le preguntan hoy no hay un segundo que se arrepienta de su error porque a veces de ellos sale lo mejor de nuestras vidas y de ello nació Sungmin. El omega no concibe un mundo sin su hermoso y pequeño Sungmin.

Su mente divagó hasta cierto alfa de barbilla afilada, y la forma en que lo trató esa mañana, todo son dejar de jugar a la carrera de autos con Sungmin, dónde el pequeño siempre ganaba pero a Jimin no le importaba. Volviendo a Jungkook, ahora se siente muy confundido por sus acciones.

¿Por qué hizo lo que hizo? ¿Por qué le ofreció su casa para quedarse? ¿Por qué lo contuvo de esa manera cuando se quebró? ¿Por qué lo abrazó tan íntimo? ¿Por qué se sintió tan correcto por un momento, como de verdad perteneciera ahí? ¿Por qué no lo miraba con asco como la mayoría de alfas que conoció?

Muchas preguntas, ninguna respuesta.

Era muy extraño, nadie jamás lo trató de esa manera. Como si de verdad valiera, como si fuera importante. Como si Jimin existiera.

Lo cierto es que se sintió tan bien, pero la vez tan mal. No debió quebrarse de esa manera en los brazos de un alfa desconocido, era completamente inmoral. Y menos aceptar ir a su casa, es impensado.

La sala se encontraba casi vacía ahora, y Jimin, mientras jugaba con Sungmin y se ahogaba en sus propios pensamientos, no pudo percibir el par de ojos profundos como un bosque que lo veían desde el otro lado del lugar, el dueño de una sonrisa suave.

—¿La tormenta sigue?

El omega se asustó, cuando una voz grave y profunda lo sacó de sus profundos pensamientos, y al girar era nada más ni nada menos que el Dr. Jeon Jungkook.

—Ups, te asusté —se disculpó, dando un paso hacia atrás y dejando lugar al omega.

—¡Docto' J! —Sungmin enseguida le había tomado cariño a su amable médico.

—Hola, campeón ¿Todavía por aquí? —Sungmin asintió, con una sonrisa fácil en su hermoso y pequeño rostro.

—Tomenta —apuntó afuera con su dedito y Jungkook sonrió, y también asintió.

—Parece que el servicio meteorológico tenía razón —habló despacio Jimin, sin poder evitar ver a Jungkook en un saco negro, pantalón negro ajustado y botas marrones.

a christmas baby 𐙚 kookmin.Where stories live. Discover now