Escena Bacy 7u7

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Sorprendida y encantada con ésta nueva experiencia, le dejo morder mi labio arrancandome un gemido. Extasiada y turbada lo jalo del cuello para que ni se le ocurra alejarse, y dando varios pasos hacia atrás me tropiezo con el borde de la cama, cayendo sobre ésta con él aún encima.

—Sabes tan pero tan desquiciadamente dulce...—Mumura repartiendo húmedos besos por mi cuello y hombro. Y yo cierro los ojos embargada por estas nunca antes exploradas sensaciones.

Arrugando los dedos de los pies jadeo, percibiendo como su lengua traza figuras en mi garganta hasta dejarme humedecida.

Oh Dios...

Esto es...

Es...

Demasiado satisfactorio.

—Dime, Stacy...—Sus dedos traviesos se enganchan en la parte de atrás de mi vestido, jugando con el cierre que me aviva en cuestión de nada—¿Qué tan lejos deseas llegar?—Poco a poco lo empieza a bajar, y tratando de combatir con el sonrojo que me cubre, trago saliva dispuesta a arriesgarme.

—Tú sólo sorpréndeme....—Susurro, sintiendo de repente el frío chocando con mi ahora piel tibia y expuesta.

La perte de arriba de mi vestuario ha sido bajada, por lo tanto mis pequeños montículos redondos y erguidos dan saludo completamente sonrojados.

—Santa mierda...—Se queja, tomándose su tiempo para analizarme—Eres tan hermosa...—Avergonzada y evitando levantar mis manos para cubrirme me enderezo. Y en su mirada reparo cierta chispa a punto de consumirme.—Me pregunto si serán igual de deliciosas....—

—¿De qué hablas...?—Me freno bruscamente cuando uno de mis pezones es apresado por sus dientes, los cuales tiran de él con suavidad extrayéndome un alarido.

—Una vez más comprobando tu rico sabor...—Jadea, lamiendo y jalando las puntas rosadas de mis pechos.

La punta de su lengua se toma su tiempo en trazar círculos alrededor de mi aureola, y ya incapaz de soportar tan placentera sensación lo tomo el cuello hasta guiarlo a mis labios.

Quería besarlo. Estas ganas me estaban asfixiando así que respirando agitadamente doy inicio a que nuestras lenguas se entrelacen, gruñendo de excitación cuando mis partes bajan clamaban alivio.

—Te necesito, Bastian...—Espeto entre beso y beso—Necesito que...—

—No tan rápido.—Sujeta mis dos manos, apartándolas de su cara—Aún tenemos tiempo...—

—¿De qué hablas?—Me desespero, queriendo ya de una vez sentir aquel alivio del que muchos hablaban.

—Sólo...relájate...—Terminando de quitarme el vestido me acomoda sobre la cama, dejándome tan sólo con mis delgadas bragas las cuales escanea maravillado y con su apreciado regalo colgando de mi cuello.

Quizás no era tan llamativa corporalemente como mis hermanas, pero sin duda era consciente de cada uno de mis atributos, tales como mi pequeña cintura y el grosor que poco a poco han ido tomando mis piernas.

Nerviosa capto a Bastian tragar saliva, aflojándose la corbata para lo que supongo es poder respirar...

¿En qué está pensando?.

¿Quizás no le gusto?.

¿No estoy lo suficientemente proporcionada para él?.

¿Le parezco muy chica?.

O...

—Tienes que verte ahora mismo, Bella.—Se frota la cara con desespero, removiendose sobre su puesto bastante incómodo—me provoca tomarte hasta marcar cada centímetro de tu piel como mía. Hacerte tantas cosas que si te las menciono podrías asustarte.—Parece pasar por la peor de las torturas, y yo sólo me siento sobre mis rodillas en espera—Es que...me fascinas tanto...—

—¿Entonces qué estás esperando para venir...?—

—No sabes lo que me pides. No tienes ni una idea.—

—Quizás tengas razón. ¿Pero sabes algo?. Sé muy bien que nunca serías capaz de hacerme daño. Y es que...Yo confío en tí, cari...—Salvajemente y sin esperarlo se me abalanza encima, volviéndome a besar con desespero y con aquellas ansias haciendo mella entre los dos.

Llevándome los brazos hacia arriba me besa el estómago, mordiendo con delicadeza mi abdomen hasta arrebatarme las bragas y dejarme ahora sí completamente desnuda ante él.

Cohibida y con un natural reflejo intento cerrar las piernas, pero él no me lo permite ya que sin darme chance a respirar nos cambia radicalmente de posición. Dejándolo a él ahora acostado sobre el colchón, y a mí con cada pierna a un lado de su cabeza, como si estuviese a punto de sentarme sobre su...boca.

—¿Qué...que haces?—Me avergüenzo de tan reveladora posición, percibiendo su respirar impactando contra mis pliegues perfectamente depilados.

—Es que no me habían dado ganas de cenar antes...—Explica, confundiendome enormemente—Y pues...al ver tan perfecto coño que te traes, he decidido devorarlo hasta saciar la hambruna.—Culmina, y yo frunzo el ceño aún sin captar que...

—¡Oh, Dios!—Me sobresalto, sujetandome de la cabecera de la cama con violencia al instar su lengua deslizándose por mi mojadísima vagina.—Esto...esto es...—Su risa vibra en mi entrepierna, y cerrando los ojos me dejo llevar disfrutando de cada una de sus lamidas, chupadas y...

—Me pregunto que sucedería sí...—

—¡Ah, Bastian!—Me arqueo, sintiendo como uno de sus dedos me invade, y debatiendo que será más fuerte, si la cosquilleante y divina sensación, o el leve dolor e incomodidad que me acoge.—Eso.. Eso creo que me gustó.—

—Por supuesto que sí—Toma mis caderas, acercando aún más mi sexo a su boca.—Estamos hablando de mí...—

—Eres un tonto.—Me las arreglo para decir.

Continuando con aquella acción lo miro sorprendida, consciente de cómo me observa preso por el deseo.

Tomando entre sus dientes y con sutileza mi clitoris los estira, dando pequeños toques después con la lengua hasta soltarlo y seguir explorando con sus dedos mi estrecha cavidad.

—Ba-Bastian...—Los gemidos ya no los puedo callar, y echando los ojos y cabeza para atrás me estremezco.

—No sabes lo jodidsmente difícil que se me hace no levantarme, subirme encima y atravesarte de un movimiento...—

—Creo...creo que me voy a...—Adentra un segundo dedo, y penetrandome al mismo tiempo en que parece frotarme me empiezo a desesperar, hasta que un gloriosa bola estalla en mi interior, dejándome aturdida y sofocada.

Cayendo a un lado de su cuerpo me acuesto, sintiendo como los espasmos de un inminente orgasmo en todo su esplendor me recorren.

Los mulos los llevo todos untados de humedad, y el corazón galopa fortísimo en mi pecho dejándome agotada.

—Tu cara sí que es todo un poema—Mumura divertido, guardando un mechón de mi cabello detrás de mi cabeza.

Los parpados lentamente me han empezado a pesar. Y no sé si se tratara de algún efecto tardío de las supuestas drogas, o quizás tal vez de la sensacional boca del chico a mi lado.

El letargo me toma por sorpresa, y acurrucandome contra sus costillas bostezo.

—Feliz cumpleaños, Stacy...—Sus labios depositan un casto beso en mi sien, y ahora sí puedo asegurar que ha sido un muy buen cumpleaños.—Ahora tú sólo descansa...—

No ha tenido que perdirmelo dos veces para caer rendida y profundo en medio de sus brazos.

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⏰ Última actualización: Apr 29 ⏰

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