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Enji estaba sudando, el sabor del vómito era la peor sensación en su boca, asqueroso y que le hacía tener que limpiarse siempre, el bulto era más grande. Para el encontrar tallas más grandes no era ni un esfuerzo, había gente mucho más grande y las tallas eran de millones de tallas diferentes. Miro una mancha de aquella sustancia en la tela blanca, fue lo que más le estreso.

"Mierda."— se arrodilló y se inclino en la taza, sus entrañas se movían sin parar en un sentimiento morbido. Su expresión se suavizó cuando dejó caer su espalda en la pared, incapaz de caer o de lastimar su postura.

Se quitó el suéter y lo dejo en el suelo, movió un par de veces su camisa para intentar ventilarse, su cuerpo sudaba como si la temperatura fuera proveniente de un volcán. Levanto unos centímetros la tela, aquel bulto estaba por debajo de sus pantalones, los cuales eran aún los de su pijama y no eran ajustados para nada.

"Cuánto tiempo ha pasado? Estás cada vez más grande, no podré esconderte de mamá en un meses..."— frotaba en círculos con las yemas de sus dedos, a pesar de toda la tensión de su cuerpo.

Aquel bebé le provocaba una sensación de paz, hacía que sus músculos aflojaran y que incluso sonriera o riera sin darse cuenta. En unos pocos meses sería capaz de saber el género, o quizá sentir sus primeras patadas. Aunque ya podía hacer movimiento, escucharle o bostezar, no era capaz de sentirse. Porque las náuseas eran más fuertes? Ni cuando se embarazo de Touya sintió esta clase de sensaciones.

"Apuesto a qué no piensas dejarme dormir apenas comience a sentirte, ya me has hecho vomitar muchas veces.."— se rió suavemente, miraba aquel bulto con tanto amor, cariño y se sentía tan apegado que cada que podía colocaba su mano o frotaba su estómago.

Lo peor era salir a la calle, utilizaba chaquetas o sacos para evitar mostrar la forma de su cadera, su cuerpo era algo que solía ponerlo incómodo. Si algo no le pareciera, obviamente trataría de corregirse sin importar el riesgo... pero, aquellos bebés, esas pequeñas manos y mejillas regordetas. A los cuales dió a luz, que sostuvo apenas lloraron por primera vez y que abrazo suavemente mientras lloraba de alegría, les cantaba, hasta besaba sus diminutas frentes, eran algo por el que valía la pena sacrificarse, sea permanente el cambio o no.

"No prefiere ir a otra parte? Aquí no parece haber mucha variedad, señor.."— ver áreas con acceso a cafeína le ponían ansioso, tener que restringir esa sustancia o poder ingerirla en poca cantidad no era tan divertido, pero cuando se trata de alcohol o tabaco, el no suele ni ingerirlos más que unas 20 veces por año, dependiendo de las ocasiones.

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💢Single DAD💢||Enji Todoroki.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora