CAP 1

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Ticci Toby se encontraba en su cabaña apartada en el bosque, junto a sus dos compañeros, Masky y Hoodie. Toby se veía bastante nervioso mientras sostenía a su hijo de 3 meses de edad en brazos.

—Se parece mucho a ti, Toby. Solo espero que no herede tu terquedad o necedad —se burló Hoodie, tomando al bebé—. Dime, ¿qué nombre le has puesto? Ponerle solo Seth Rogers sería lo peor.

—No pedí tenerlo, ¿por qué debería preocuparme por eso? —respondió Toby, visiblemente preocupado.

Hoodie miró a Masky y le susurró al oído con una sonrisa traviesa: "Le puso un segundo nombre de niña a su hijo". Masky se indignó y protestó:

—De qué te quejas, Hoodie. Le puse un segundo buen nombre: Lesly.

—¡Lesly! —exclamó Toby, confundido—. Ese es un nombre de niña.

—Yo quería una niña —se defendió Masky, dolida su postura.

Mientras tanto, Toby se preguntaba en silencio si la excusa de "solo amo a mi hermano" era verdadera o si había algo más detrás de su relación con Hoodie.

—Entonces, están admitiendo que ambos son... ¿maricas? —preguntó Toby, con desconcierto.

—Hoodie es el marica, yo solo estoy con él porque es mi hermano de armas —respondió Masky, mientras abrazaba a Hoodie brevemente.

—Además, Toby, ya tienes 20 años y nuestro amo prefiere a los varones, así que no deberías preocuparte —agregó Hoodie, tratando de tranquilizar a su amigo.

Masky  En momentos, medio abraza a Hoodie, mostrando la cercanía entre ellos.

—¿Y qué hay de sus hijos? Por lo que sé, Masky y tú te involucraron con la misma mujer, mientras que Darek... nadie sabe quién es su madre —preguntó Toby, curioso.

—La madre de Darek está viva, Toby. Solo que digamos que no pienso entregarle a mi pequeño. Nuestro señor, Slenderman, me mataría si lo hiciera —respondió Hoodie en tono serio.

Toby suspiró mientras observaba a sus compañeros, Masky y Hoodie. Había notado la intensidad de su relación, pero decidió no entrometerse. Con su hijo Seth en brazos, los vio a ambos con sus respectivos hijos, colocándolos en un corral apartado.

—¿Y ahora qué hago contigo, pequeño? —musitó Toby, sosteniendo a Seth en sus brazos—. No creas que te quiero tanto como ellos, pero me preocupas.

Masky intervino rápidamente, regañando a Toby con un tono de advertencia.

—Toby, ni se te ocurra dejarlo por ahí —inquirió Masky—. Déjalo en el corral junto con los nuestros y luego tendrás que lidiar con los proxys de Archer o Singlermsn, asegurándote de que reciba leche materna. La leche normal está lejos de aquí y la fórmula en polvo no es muy buena.

Las palabras de Masky hicieron que Toby reflexionara sobre la situación. A pesar de su conocimiento limitado, sabía que los semi-ángeles también podían producir leche materna.

—Leche materna, ¿pero acaso esos criaderos en los que los semi-ángeles son usados como soldados también proveen eso? —preguntó Toby, cuestionando la propia naturaleza de esos seres—. Si bien son considerados más hombres que mujeres, ¿cómo es posible que también puedan amamantar?

La sorpresa se reflejó en los ojos de Toby al conocer esta nueva información. Los semi-ángeles habían sido utilizados como proxys por Slenderman, pero él evitaba trabajar con ellos. Su fuerza y tendencias rebeldes eran conocidas, lo cual llevaba a que los criaderos donde se encontraban fueran lugares altamente protegidos.

—¿Y crees que nuestro amo se enojaría si entablamos conversación con esos proxys? —cuestionó Toby, preocupado por las posibles consecuencias de tal interacción.

Hoodie se mostró más optimista, ofreciendo una solución para aliviar los temores de Toby.

—No lo creo, Toby. Solo tenemos que ser rápidos y tomar precauciones, así evitaremos que Slenderman se entere y nos haga sufrir —dijo Hoodie, sugiriendo una visita al criadero al día siguiente.

Toby se mordió el labio inferior, considerando la opción propuesta. El criadero se encontraba a cinco horas de distancia, y podían averiguar el precio de un trato que les permitiera obtener leche materna para Seth.

La intriga y la incertidumbre se alzaron en el aire mientras Toby sopesaba las posibilidades. Después de un largo silencio, finalmente asintió.

—Está bien, vamos al criadero mañana. No podemos dejar pasar esta oportunidad. Pero debemos tener cuidado y asegurarnos de que todo salga bien —afirmó Toby, aceptando el desafío que se presentaba ante él.

Toby se apoyó contra la pared, observando a su hijo mientras Hoodie preparaba la leche en polvo mezclándola con agua y luego le entregaba el biberón a Toby.

—Nosotros ya lo cuidamos el mes que estuviste fuera, Toby —explicó Hoodie—. Ahora alimenta a Seth tú mismo, porque mañana tendremos un largo viaje por delante.

Toby dirigió una mirada al pequeño Seth y suspiró con nostalgia. Era reconfortante ver cómo sus amigos habían estado allí para cuidar de su hijo en su ausencia.

Hoodie, aprovechando la situación, comenzó a bromear con Masky sobre la forma en que Slenderman los vigilaba constantemente, sabiendo que ambos tenían hijos. Entre risas, hacían alusión a la extraña creencia de que Slenderman se alimentaba de niños, aunque afortunadamente no se había atrevido a tocar a los hijos de sus propios proxys.

—Masky, no sé cómo lo hace Slenderman, pero siempre parece estar al tanto de todo, incluso de nuestros pensamientos más pícaros —murmuró Hoodie, con una sonrisa traviesa en su rostro.

Masky se rió entre dientes, arqueando una ceja cómplice.

—Sí, es como si tuviera ojos en la nuca, ¿no crees? Pero hasta ahora, ha mostrado un extraño interés por nuestras vidas personales, especialmente cuando se trata de nuestros hijos —respondió Masky, con una pizca de preocupación.

Mientras tanto, Toby alimentaba a Seth, pero no pudo evitar hacer preguntas a Hoodie sobre el rumor de que Slenderman comía niños.

—Hoodie, llevo trabajando para Slenderman durante tres años y nunca he presenciado algo tan horrendo como que él coma niños. Siempre he visto que se enfoca principalmente en las embarazadas. ¿A qué te refieres exactamente? —preguntó Toby, tratando de comprender la situación.

Hoodie le dio un guiño a Toby, dispuesto a aclararle la situación.

—Oh, Toby, no te tomes demasiado en serio nuestras bromas. Es solo una exageración, ya sabes cómo somos. Slenderman puede ser impredecible, pero hasta ahora no hemos presenciado que cometa actos tan atroces. Solo nos reímos porque es una forma de aliviar la tensión —explicó Hoodie, tratando de calmar las preocupaciones de Toby.

La conversación continuó, con Hoodie y Toby intercambiando pensamientos y reflexiones mientras alimentaban a los pequeños. Hablaban sobre los desafíos que les esperaban en el viaje al criadero y cómo debían estar preparados para cualquier eventualidad.

A medida que la noche avanzaba, las risas y el diálogo llenaron la habitación, uniendo a los amigos en un vínculo aún más fuerte. La incertidumbre del futuro se desvanecía temporalmente ante la camaradería y el amor que compartían.

Mañana, el viaje hacia el criadero comenzaría, desvelando nuevas revelaciones y retos. Pero por ahora, en ese momento fugaz, encontraron consuelo y apoyo mutuo en su peculiar y entrañable círculo de amistad.

El hijo de Ticci Toby Where stories live. Discover now