Se colgó la mochila de los hombros y salió de la cocina, dejándome solo en casa. Odiaba que después de estar juntos Aitana empezase a comportarse distante, como si no pudiese soportar el hecho de que no éramos más que...más que sexo. Pero para mí empezaba a ser algo más que eso. Esperaba que dejando a Bárbara, Aitana dejase de comportarse así.

Salí de casa quince minutos después que ella, subiendo en el coche y yendo hacia el campo. Estaba cansado de cojones y no iba a poder rendir demasiado, así que Xavi se cagaría en mi vida.

- Hey -saludó Gavi cuando me vio entrar en el vestuario.
- Hola.

Ferran estaba al otro lado, mirándonos, o más bien mirándome. Hizo un gesto con la mano sobre que después hablábamos y asentí.

- ¿Estás bien? -preguntó Gavi.
- Eso creo. Voy a dejar a Bárbara.

Gavi abrió los ojos como platos y Ferran se acercó a nosotros.

- ¿Podéis hablar conmigo? Creo que también soy cómplice -dijo.
- ¡Vamos chicos! -gritó Xavi.
-  Al salir hablamos -dije.

Ambos asintieron y salimos al campo, empezando el entrenamiento. Como predije, mis fuerzas estaban al mínimo por casi no haber dormido. Xavi me llamó desde el otro lado del campo y me acerqué a él.

- ¿Qué coño te pasa hijo? -preguntó.
- Nada, solo he dormido mal.
- Pedri, sabes que tenéis que descansar bien, no puedes venir con esa cara de zombie. No es la primera vez que estás así, ¿te pasa algo? ¿Puedo ayudarte? Sabes que puedes hablar conmigo.
- No, tranquilo, estoy bien. Son algunas noches que descanso mal.
- Bien, bueno, vuelve con tus compañeros.

Volví trotando donde estaban mis amigos. Al final del entreno Xavi nos puso a jugar un mini partido. Apenas podía moverme ya del cansancio y de sentir las piernas débiles. Se supone que tenía que dormir entre 8-9 horas y había dormido 5.

- ¡Va Pedri! -gritó Gavi.

Me acerqué a Araujo para quitarle la pelota, pero un mal movimiento me hizo estirar de más la pierna, haciéndome sentir un tirón horrible en el muslo.

- Joder -me quejé tocándome la zona.

Intenté seguir, pero la molestia se hacía cada vez más fuerte. Me tiré sobre el césped agarrándome la zona con cara de dolor.

- ¡Paramos! -gritó Xavi corriendo hacia mi- ¿estás bien?
- Me duele de cojones.
- Joder -escuché a Gavi detrás.
- Llamad a enfermería -dijo Xavi- espero que no sea nada.
- Y yo -suspiré.

Una camilla vino a buscarme y me llevaron donde los médicos. Estuve casi dos horas allí dentro, con enfermeros mirándome y haciéndome pruebas. Finalmente, el doctor se acercó a mi con una cara horrible.

- Pedri, tienes una lesión en el recto femoral, vas a tener que estar de baja al menos un mes.
- ¿Un mes? Tiene que ser coña.
- No, tienes que curarte bien eso o puede ir a peor, puedes recaer y fastidiarla del todo. Mejor que estés fuera un tiempo.
- Joder, si estamos a principio de temporada.
- Lo siento.

Quería llorar, pegarle a alguien y romper cosas. No podía lesionarme ahora, joder. Esperaba que de verdad fuese solo un mes y no se alargase, porque el fútbol era lo único que no me hacía sentir mal, donde podía descansar la cabeza de todos mis problemas.

Mis compañeros entraron en la sala cuando les dejaron pasar.

- Lo siento, tío -dijo Ferran.
- Míralo por el lado bueno, estamos a principios, volverás pronto y podrás ayudarnos a cargarnos a todos -dijo Gavi.
- Que mierda -resoplé.
- Venga -sonrió Félix- en nada estás de vuelta.
- Como no ganéis todos los partidos por mi, os mataré.
- Sí, claro -rio Araujo.
- Venga chicos, dejadle descansar -dijo Xavi- en nada ya volverá a molestar por aquí.
- ¿Podemos quedarnos Gavi y yo a hablar con él un momento? -preguntó Ferran.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 26 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora