—No puedo permitirte pasar —dijo el guardia con tono neutro.

Llevaba el uniforme oficial y miraba serio al chico.

Dylan no pudo escuchar perfectamente la respuesta de Luca, pero vio negar de nuevo, con la cabeza, al guardia.

—Órdenes de la familia real —volvió a hablar el guardia.

Dylan y Greta se miraron instantáneamente, ¿qué? Eso no era posible, ellos querían que buscase a su hermana, ¿cómo iba a hacerlo si...?

Greta siguió con los ojos a Luca, que se alejaba del lugar por el mismo camino que había llegado.

—Tiene que ser un error... —susurró Greta—. No tiene sentido.

Dylan le tapó la boca cuando Luca se acercó a donde estaban, pero por suerte, no les vio escondidos tras el edificio. Esperó a que el chico se alejara y le dejó hablar.

—Creo que tenemos que hacer algo —retomó lo que decía Greta, que recibió un asentimiento de parte de su hermano—. ¿Hablamos con él?

Dylan miró hacia el guardia, pensando en si sería mejor preguntarle a él. Luca se alejaba, así que Greta decidió sin usar palabras, agarró del brazo a Dylan y empezaron a acercarse al darmado.

 Luca se alejaba, así que Greta decidió sin usar palabras, agarró del brazo a Dylan y empezaron a acercarse al darmado

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Luca se dirigía a su casa con paso rápido. Había estado planeando escaparse del pueblo, pero el guardia no le habría dejado pasar ni aunque le hubiese puesto excusas. No entendía del todo la situación, ¿cómo iba a buscar a su hermana si no podía salir del pueblo? Era evidente que ella no estaba allí. Estaba fuera. Recorrió la zona con sus ojos amarillos anaranjados y pudo ver entre la gente dos caras conocidas.

Se paró de golpe e intentó localizarlos, pero ya no volvía a verlos, se lo habría imaginado

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Se paró de golpe e intentó localizarlos, pero ya no volvía a verlos, se lo habría imaginado. Llegó hasta la puerta de su casa y abrió la puerta. Entró y se giró para cerrarla, pero se encontró a dos darmados muy conocidos: el príncipe y la princesa. Sospechaba que ellos eran los que le estaban siguiendo.

—Buenos días —saludó Greta—. Esperamos no molestarte.

Luca intentó leer las intenciones de ambos en sus rostros, pero no localizó nada que le pudiese ayudar.

La princesa de la oscuridadWhere stories live. Discover now