Cap. 27- Sentimientos encontrados.

Start from the beginning
                                    

—¿No me hablarás de él? —cuestionó con interés, enarcando una ceja en su dirección— La verdad que he muerto de curiosidad estos últimos meses por saber aunque sea su nombre. Lo mantienes muy en el anonimato.

—No es que no haya querido decir algo sobre él, si no que fue él quién me pidió que no se lo dijera a nadie. Ni siquiera mis padres lo conocen; saben que me veo con alguien y quieren que se los presente, pero hasta que él no quiera, no lo haré. No quiero perderlo. —explicó Giovanna, un poco de cómo era aquella relación secreta.

—Pero, ¿por qué? —quizo entender la rubia— ¿Es acaso alguien peligroso? ¿Un mafioso o algo así? —cuestionó preocupada.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Claro que no! —disipó con rapidez esa duda— Es... es por su familia —aclaró para ser más concisa—. Sus padres son muy, ¿cómo decirlo? Tradicionales —dijo poniendo sus ojos en blanco y Emily, supo qué no era del agrado de la familia—. Quieren que su hijo esté con alguien a su altura. Él se la vio un poco difícil, porque su madre no quería que él participara en las olimpiadas, ¿puedes creerlo? —dijo con los ojos muy expresivos— No la conozco y siento que es una bruja de lo peor —gruñó haciendo sonreír a Emily, que no quería interrumpirla—. En fin, él se presentó hace algunos meses y ganó la de oro y plata, en natación —dijo orgullosa de él—. Bueno, a lo que iba, ehm, es un chico genial, lo conocí por un amigo en común de mi hermano, Rick, él se está preparando para competir en las siguientes olimpiadas. En fin, cuándo fui a verlo a su entrenamiento, habían otros chicos del extranjero en ese mismo lugar. Rick, es muy amigo de Josh y Josh, es amigo de Mikhail y fue dónde lo vi y quedé encantada con ese ruso hermoso —suspiró enamorada haciendo reír a su amiga—. Y el hermano está como quiere, pero está casado, pronto a divorciarse y yo estoy muy enamorada de mi novio —aclaró entre risas—. Por cierto, le agrado a mi cuñadito ruso y ambos estuvieron de acuerdo en que si queríamos que lo nuestro funcionara, que no se lo dijeramos absolutamente a nadie, hasta que formalicemos oficialmente y él coloque un anillo en mi dedo, cómo el que tienes tú.

—¡Wou! Es un buen resumen. Así qué, cuándo no llegas a dormir algunas noches es porque estás con él, ehh. —insinuó Emily, con diversión y Giovanna, no negó esa verdad.

—¡Así es! Pero este último tiempo no he podido verlo con la frecuencia que quisiera, ya que está apoyando a su hermano mayor con lo de su divorcio. Por lo que me contó, lo oligaron a casarse cuándo apenas tenía los dieciocho años; la empresa de su padre pasaba por un mal momento y tuvieron que aceptar una unión en matrimonio. Él ni siquiera la ama. —le comentó un poco el chisme familiar.

—Eso que me cuentas, es muy de telenovelas —comparó—. ¿Cómo sabes que no ama a su esposa? —quizo saber, Emily.

—Porque él mismo me lo contó —aclaró Giovanna—. Tuvo que renunciar a la mujer que amaba por salvar la empresa familiar. Es por eso que nos había dicho qué ocultáramos la relación que tenemos Mikhail y yo, porque no quiere que nos pase lo mismo —explicó—. Siento pena por él.

—Ya veo —entendió Emily, cómo eran las cosas con su amiga—. Pero Gia, yo no iba a decir nada a nadie si me lo confiabas. —le hizo saber.

—Lo sé, Emm —entendió, Giovanna, el malestar en Emily, y la rodeó por los hombros, uniendo sus cabezas en un gesto amigo—. Pero no quiería faltar a mi palabra con Mikhail. Ahora los únicos que lo saben son mi cuñado Dimitriy y tú.—suspiró, Giovanna.

El cuerpo de Emily, se tensó al escuchar ese nombre en paricular.

«Dimitriy y ¿Ruso?» —no, no podía ser. Era solo una coincidencia en el nombre. Habían muchos Dimitriy por el mundo y que fueran rusos. Eso era, una mera coincidencia.

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now