Cap. 4- Sentimientos.

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Patrick, revisó el correo que su amigo Paul, le había enviado hace unos cuantos minutos. Después de celebrar la gran noticia de las gemelas, vio a Sophie subir las escaleras, quién seguramente iba a descansar. Estaba feliz por ella y por Thomas, después de tanto, se merecían esa dicha.

No pasó mucho para que su hermano, Thomas, la siguiera también, quedando solo en la sala junto a Diana; ya que los mellizos habían ido al jardín a jugar bajo el cuidado de la niñera.

Revisando con más detalle la información, abrió sus ojos de la impresión al leer el nombre de la víctima del caso. No se trataba de cualquier persona, aquel apellido pesaba y mucho, sobre todo en esa área en la que se manejaban. Supo que no sería un caso sencillo, pero que si tenían todas las pruebas a su favor era más que probable ganar.

De pronto el grito encolerizado de su hermano, lo alarmó de que algo no andaba bien. ¿Acaso estaba discutiendo con Sophie? Imposible. Él jamás reaccionaria de esa manera con ella, menos en su estado.

Sin pensarlo dos veces, cruzó miradas con Diana, y ambos se dirigieron presurosos al lugar proveniente de los gritos.

—Y dices amar... ¿Qué mierda sabes de esa palabra? —a medida que se acercaban pudo escuchar con más claridad sus palabras, pero aún así no podía entender nada— Difamaste a mi madre con mentiras, ¡A tu propia hermana! ¡Ella estaba enferma! Y aún así lo hiciste. No te importó un carajo las consecuencias de tu obsesión con mi padre —al llegar pudo observar la situación. Su tía estaba involucrada en el asunto. Y eso no era nada bueno—. Esa noche no fue mi padre a quien se le disparó el arma, no; tu lo hiciste. Tu mataste a mi madre y provocaste el accidente de mi padre. ¡Tu eres la única responsable de eso!

Escuchar las palabras enfurecidas de Thomas, le hizo saber que la situación era más delicada de lo que pensó en un principio. ¿Qué carajos estaba pasando exactamente? Su mente trabajo a millones de segundos por minutos, llegando a una conclusión espantosa: aquella noche negra donde perdió a sus padres. Y no, no estaba feliz por eso.

—¿Cómo fuiste capaz de semejante bajeza? —preguntó Thomas haciendo rechinar los dientes de la furia que contenía su interior. Patrick podía darse cuenta de ello fácilmente— ¿Te das cuenta a lo que has llegado con tus ambiciones? ¡Destruiste a mi familia! —bramó colérico, confirmando con cada palabra las deducciones que Patrick, hizo en su mente.

—Thomas... por favor, cálmate. —susurró Sophie, tratando de calmarlo.

Nadie en esa habitación era siquiera consciente lo que provoca esa situación en el embarazo de una muy indignada, Sophie.

—No puedo —respiró Thomas profundamente, pero le era imposible bajar los decibeles de furia de su interior. Patrick se mantuvo expectante a todo, al igual que lo hacía Diana, y nadie iba a hacerlo salir de ahí—. Acabo de enterarme de algo realmente horrible y que la causante es la persona frente a mí, que dice llamarse mi tía.

—Si, eso lo sé... pero, no pierdas el control. —Intentó Sophie, sujetar su brazo pero, Thomas evitó el contacto.

—Lo siento. Esta mujer acaba de confesar que no solo arruinó a mi familia, si no que también te quitó a la tuya, Sophie. Sus acciones tuvieron esas consecuencias. No puedo dejarlo pasar así sin más. No puedo.

«¡¿Que, qué?!. ¿Qué carajos hiciste, tía?» —se cuestionó Patrick, totalmente perplejo por la información.

—¿Y qué es lo que harás muchacho? —soltó Imelda despectiva. Patrick no podía comprender hasta donde podía llegar el cinismo de esa mujer. Thomas miró a su tía con furia— ¿Denunciarme? Pasaron más de veinte años. No hay nada que se pueda hacer ahora.

Contigo, siempre | Mi Luz (libro 2)Where stories live. Discover now