Comienzo

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Sentada en la sala de personal tomándome un té para mi dolor de cabeza me dí cuenta de que ya era un poco más tarde de la hora de cierre. Me levanté y ordené un poco, recogí mis cosas y salí al mostrador cerrando la sala de personal. Mientras ordenaba en mostrador noté la presencia de alguien más en la tienda. Por unos segundos me puse nerviosa al pensar que podría ser un delincuente, pero mantuve la calma. Tal persona se dirigió al mostrador y al llegar saludó de forma educada.

"Hola, buenas noches. Espero no estar molestando a esta hora" dijo amigable. Era un hombre alto, de cabello largo con franjas rojas, a simple vista parece esponjoso. Me recuerda al pelaje de los perros. Tiene un largo abrigo rojo un poco desgastado, a pesar del calor que hacía no se veía sudado. El hombre volvió a hablar sacándome de mis pensamientos.

"Disculpe. ¿Me va a atender?"

"¿Eh? Si claro, discúlpeme jeje" solté una risa nerviosa para aligerar un poco el ambiente. No llevaba nada interesante, unos cuantos chocolates y algunos caramelos. El hombre pagó, agradeció y se marchó.

Apenas se fué apagué todas la luces y cerré la tienda. Mientras caminaba hacia mí casa ví un grupo de idiotas golpeando una máquina expendedora, sinceramente no quería pasar por ese lugar, pero tampoco me quería meter a un callejón oscuro donde pueden salir cualquier tipo de animales o drogadictos. Tranquilamente subí la capucha de mi abrigo y seguí caminando como si no existieran, afortunadamente ni se percataron de mi presencia.
Al llegar a mi departamento tiré mis cosas por ahí, me quité los zapatos y me tumbé a la cama. Estaba tan cansada que apenas mi cabeza tocó la almohada caí rendida.

••••

Al día siguiente la alarma me despertó. Eran las 11 de la mañana. Me levanté de la cama y me dirigí al baño, cuando terminé desayuné y arreglé un poco la habitación que tenía por departamento. Ya en mi trabajo saludé al 'simpatico' de mi compañero, el cuál me recibió con un muy amigable saludo.

"Por fin llegaste. Hasta juro que me salieron canas de lo tanto que te tardaste."

"Que bueno" respondí sin mucha importancia.

"Bueno. Sirve de algo por una vez y ve a poner esas cajas al almacén" señaló con una de sus manos una de las esquinas de la habitación.

"Ok" respondí sin ganas. Después de organizar las cajas me mandó a atender el mostrador mientras el ponía cosas en los estantes. Rasmus apenas terminó se desapareció dejándome las llaves para cuando terminara... Las horas pasaron aburridas, casi no llegaban clientes y muy pocos de los clientes habituales visitaron la tienda. Estaba aburrida hasta que sonó el teléfono del lugar. Era Rasmus, me dijo que iban a llevar un paquete a la tienda y colgó. Minutos después se estacionó una ban afuera y entró un tipo bastante alegre a mi parecer. Era alto y vestía un uniforme azul oscuro, parecía ocultar algo detrás de su espalda.

De la nada sacó una pistola y me apuntó a la cabeza.

"Dame todo lo que tienes"

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⏰ Last updated: Apr 22 ⏰

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