Capítulo 20

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Narra Dareck

Cuando llegamos a la oficina del rey demonio trataron de curar mis heridas, pero no lo permití, ya que soy muy desconfiado y no dejo que todo el mundo tenga accedo a mis heridas. Ya que sé todo lo que se puede hacer a través de ellas. Al ver mi insistencia, después de terminar de dar mis puntos de vista fui escoltado hasta una habitación donde me lleve una gran sorpresa al ver quien estaba al borde de la cama, ansiosa esperando noticias.

Al percatarse de mi presencia se puso en pie y sus hermosos ojos me escanearon. Su mirada tenía tantas preguntas y, sin embargo, mis respuestas no podían satisfacerla.

—Estas herido. —son sus primeras palabras, y muy al borde se escucha un deje de preocupación. — Ven siéntate aquí. —corre hacia mi y me lleva hasta la cama. — Déjame buscar la caja de primeros auxilios.

Antes de que pueda detenerla va apresurada hacia una puerta que supongo es el baño, y solo unos minutos después sale con el objeto en sus manos.

—No tienes que hacer esto. Yo lo puedo hacer. —le expreso, mientras ella esta preparando lo que va a necesitar.

—Permíteme hacer esto, es lo menos que puedo hacer por todo lo que has hecho en esta noche. —asiento a su suplica. Aunque su mirada es la que ha tocado las fibras en mi ser, doblegándome a su pedido. ¿En serio ella no se esta dando cuenta de la gran influencia que está poseyendo en mí?

Se concentra en primer lugar en mi costado donde está saliendo abundante sangre, que todavía no sé como no me he terminado de desangrar o desmayar. Observo la pericia con la que se desenvuelve Adriá mientras limpia con cuidado, pero sin titubear y después coloca un apósito en la herida limpia. Al final no era tan grande la herida para la cantidad de sangre que estaba desbordándose. Continuo con mi pierna derecha donde no le tomo tanto tiempo como en mi costado, y por ultimo desinfecto mi hombro donde las garras del alfa me rasguñaron.

Una vez que concluyo con su propósito y elimino la basura, exigió respuestas.

—¿Dónde esta Patty? ¿Los lobos en el club los hirienron? —soltó apresuradamente.

—Adriá, lamentablemente no pudimos encontrar a Patty. Al parecer los lobos la tienen. —Su semblante cambia drásticamente y en sus ojos se vislumbra el dolor, además de las lagrimas que pugnan por salir.

—¿Cómo es eso posible? ¿Por qué se la llevarían? —Indaga, visiblemente afectada. La entiendo Patty es su mejor amiga.

—No sabemos a ciencia cierta, pero puede ser un golpe orquestado para secuestrarte y al fallar se llevaron a tu amiga.

—Pero ¿Por qué?

—Porque es alguien cercano a ti. Además, piensa, Adriá—me acerco a ella—Si eso es cierto, muy pronto recibiremos un mensaje para su rescate y si eso no sucede te prometo que donde quiera que este la encontrare.

—Me lo prometes. —En estas simples palabras puedo sentir la vulnerabilidad en la que mi princesa de fuego se encuentra. Prefiero mil veces sus respuestas acidas que esta incertidumbre que la agobia.

—Te lo prometo, princesa—le susurro, mientras la abrazo y siento como las barreras que a intentado levantar flaquean en este momento cuando me devuelve el abrazo, donde permite que sus sentimientos se desborden y sus lagrimas empapan mi pecho. Como quisiera poder evitar su sufrimiento.

Voy a cumplir mi promesa, aunque sea lo ultimo que haga. No sé como me ayudara la diosa Luz con mi cometido, pero salvare a mi familia y no perderé a Adriá. Porque ella es mi alma gemela y la elijo a ella. Por lo que tendré que contarle todo sobre mí. No quiero seguir engañándola.

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