❤️🧡💛Mini escritos NG💚💙💜

⚔️❤️⚔️ ℒ𝒶𝓇𝓰𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝒶 𝓊𝓃 𝓰𝓇𝒶𝓃 𝒢𝓊ℯ𝓇𝓇ℯ𝓇ℴ ⚔️❤️⚔️

No tiene muchos recuerdos vigentes con su padre, pero conocía cada una de las hazañas que no solo hizo en los CoMPaS, si no también en su pueblo natal.

Ese pueblo ubicado escondidamente por Barcelona, un pueblo que guardaba lo mítico y feroz de verdaderos guerreros.

" ¡Ha! "

Guerreros Espartanos

Guerreros que no dejaban atrás a otros compañeros, guerreros que derramaban hasta su propia sangre para proteger a los que quieren, como a otros inocentes. De tantos hombres que pasaron de generación en generación por su familia, de entre los más importantes estaba el hombre que le otorgó la vida.

Escuchaba cada día a los habitantes del pueblo, como a otros guerreros decir historias sobre su padre.

" Se dice que era tan noble, que su destino fue bendecido por una diosa 🌟 "

" Pudo vencer a la muerte en más de una ocasión!  ☠️ "

" Cuentan por ahí, que es tan fuerte que hasta pudo ganarle en un juego de vencidas a un monstruo más grande que el  💪🏻✨"

Cuentos, rumores y hasta mitos sobre su padre conocía cada momento, que eso aveces no la ayudaba con los pocos recuerdos lúcidos que tiene con aquel hombre, ese hombre que siempre lo retrataban como lo que siempre fue en su adolescencia, un buen chico.

Aquel cabello largamente castaño, aquella altura, sus ojos de una tonalidad ámbar tan hermosa que podría llegar a un también encantador color aceituna, ese uniforme que utilizaba en sus tiempos como cazador dentro del pueblo, su espada, oh- esa espada que llenaba de fascinación a toda persona que la veía usándola, su casco que formaba parte de su uniforme, junto a aquello que lo empezó a definir como un verdadero guerrero.

Esa cicatriz que cubría una gran parte de su ojo izquierdo en su rostro, una historia muy icónica entre los antiguos compañeros del hombre.

" Tu Padre cuando tenía 11 años, protegió a tu Abuelo de una mujer Lince durante una expedición por un valle, aquel acto hizo que se ganara el respeto del capitán apesar de casi perder el ojo  "

Aquel chico pelinegro con cicatriz en su labio, al igual que muchos otros compañeros de su padre, siempre le hablaban de él.

Aún así- no tiene ningún recuerdo lúcido sobre el, o por lo menos, conviviendo con el. Siempre eran las mismas cosas borrosas que casi nunca pueden recordar los bebés.

Solo se acordaba de uno.

Y fue cuando siendo muy pequeña, su padre la salvó de una criatura que parecía perseguirla, parecía hacerle daño y nada más, recordaba levemente borroso las palabras que su padre le gritaba a esa cosa, el sonido del filo de su espada al chocar con varias cosas al cortarlas, hasta incluso recordaba los pequeños besos que le daba a su cabecita después de que el peligro cesará y caminaban hacia su hogar.

Pero lo que más recordaba de ese recuerdo, era lo que ahora es de su propiedad por su memoria.

Su capa, esa capa que tenía un espléndido degradado entre el rojo vivo de las llamas al inicio y al final lo sensual como pasional del vino tinto, el color de la sangre. Esa tela que por instantes ese día, se la coloco para cargarla en su espalda con el objetivo de pelear mejor con la amenaza que la asechaba.