- Claro -contestó- ¿a donde vas?
- He quedado a desayunar con Paula.
- Así que Paula -sonreí.

Fer se llevó el dedo a la boca para decirnos que nos callásemos.

- Hasta ahí sabréis.

Pedri le dio un golpe en el hombro a su hermano, riendo. Salimos del aeropuerto y nos despedimos de Fer. Seguí a Pedri hasta llegar a su coche, en completo silencio. Me senté en el lado del copiloto y me abroché el cinturón sin mover la mirada hacia él. Pedri arrancó y tampoco dijo nada hasta pasados diez minutos.

- ¿Estás bien? -preguntó.
- Todo lo bien que se puede estar después de lo que ha pasado.
- Ferran no va a decir nada, ya he hablado con él.
- El tema no es que no diga nada, bueno sí, pero lo que más me importa es lo que pensará de mi.
- No piensa nada Aitana.
- ¿Qué no? Seguro que cree que soy mala por meterme con alguien con novio, y porque para ellos yo también tengo novio.
- Se lo he explicado todo, lo de que no estás con Fermín.
- ¿Y para lo otro que excusa le has dado?
- Ninguna, le he dicho que sentía cosas por ti pero que necesitaba tiempo.
- Hablarlo en alto suena peor que pensándolo.
- ¿Y que hacemos? ¿Volvemos a tener la misma conversación que ayer?
- No.
- Pues ya está, estate tranquila. Ferran no va a decir nada y no piensa ni de broma que eres mala o cualquier cosa que estés pensando.
- Vale.

Me crucé de brazos y la conversación terminó, quedándonos en silencio hasta llegar a casa. Entramos por la puerta y me dirigí hacia la cocina para echarme un vaso de agua, tenía la boca seca. Lo cierto es que no estaba tranquila, para nada. No podía hacer mucho más que resignarme a que Ferran supiese toda la verdad, aunque eso me fuese a provocar una vergüenza terrible cada vez que lo tuviese delante.

- ¿Segura que estás bien?
- Supongo -lo miré mientras se acercaba.

Me bebí de un trago el agua. Pedri cogió el vaso de mi mano y lo dejó a un lado sobre la encimera. Sus manos se apoyaron sobre mi cintura y tuve que esforzarme por controlar mis impulsos y tirarme sobre sus labios.

- No eres mala persona Aiti, lo sabes ¿verdad?
- No lo sé, supongo.
- En todo caso yo soy el culpable de todo esto.
- Los dos lo somos, yo lo estoy haciendo porque quiero, pero sigo sintiéndome fatal.
- Lo sé, te prometo que acabará pronto.
- ¿Y como acabará?

El pecho de Pedri se hincho cuando cogió aire. No respondió a mi pregunta, simplemente rodeó mis mejillas con sus manos y besó mis labios. Su lengua acarició la mía despacio, pero a pesar de lo bien que me sentía, seguía con una presión en el pecho. Me aparté de él espacio y me siguió con la mirada.

- Me voy a la habitación.
- Aitana.
- Quiero estar sola.

Subí a la planta de arriba sin dejarle hablar y me tiré sobre mi cama después de cambiarme la ropa. No podía besarme con Pedri con todo lo que me estaba pasando ahora por la cabeza.

-NARRA PEDRI-
Aitana subió las escaleras y apreté los puños enfadado. Entendía su malestar, joder nos habían pillado de lleno y Aitana odiaba que nadie pensase cosas malas de ella. Claro que Ferran no pensaba que Aitana era mala, simplemente no compartía lo que hacíamos pero podía llegar a entenderlo. Al menos a ella, a mi me llamó de gilipollas para arriba.

Me quedé en la sala después de cambiarme para dejarle su espacio, hasta que llegó la hora de comer y me puse a preparar algo para los dos. Subí a buscarla a la habitación, y la pillé hablando por teléfono con la que supuse que era una de sus amigas.

- ¿Bajas a comer? -pregunté.
- Voy.

Asentí y bajé a la cocina. Cinco minutos después, Aitana se sentó frente a mi. Los primeros minutos ninguno hablaba, y solo se escuchaba el sonido de los cubiertos.

You belong with meOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz