Egoísta

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Directamente, sin prejuicios por delante. Todo acaba igual. 

Tumbada en tu cama a las dos de la mañana, preguntándote solo y únicamente, ¿por qué? No todo es tan duro en el fondo, o eso crees porque te estás riendo y pasando un rato bien. Pero, ¿y ese vacío? 

Oh... sí, aún lo recuerdo. Aquellas amistades... Que mi madre me avisó que no le gustaban, pero tú seguiste ahí con ellas, para no quedarte sola. 

Oh... sí, él... Ese primer amor. Pues, o no pudiste porque no estabas preparada, ninguno se atrevió a dar el paso, él no sentía lo mismo, vivía lejos, y mil de historias iguales. Pero ninguna acabó bien. Solo sigue ahí en tu cabeza, con cariño, porque fue el primero que te hizo sonrojar de verdad, o el que te sacaba esa sonrisa cada vez que lo veía o leías su mensaje. Está bien. Es el primero, seguramente también lloraste por él. Suena tonto, pero las cosas son así. Ahora has madurado y sabes que no se repetirá, más chicos y más emociones habrá.

Ah... la familia. No entiendo esa parte. Nadie, creo. Todos son diferentes. Tantas que es imposible describir todas. Solo sabemos que cansan, mentalmente. 

¿Soy yo el error de pensar que no pensaron en mí cuando lo pasé tan mal? O era yo idiota y no me daba cuenta. Pero ya nadie me presta verdadera razón. Digo que no me importa, pero mi entonación y palabras dicen otra cosa, igual no se dan cuenta. Ellos trabajan mucho, tendran el doble de problemas que yo, pero me siento tan... sola. Aquí entra toda mi parte egoísta. Pienso en ellos y me preocupo pero solo pienso en mi.  Oh, de verdad estoy tan cansada.

El dinero en la vida es tan importante. Pero nunca da nada. Tanto esfuerzo... hacen tanto y siento que no doy nada. Pero hago demasiado, porque claramente nadie hará nada. 

Este pueblo me ahoga. ¿Podré salir de aquí?