Me levanté con cuidado de no despertarlo y dejé mi tarea a un lado para ir por algo para comer, cuando abrí el refrigerador noté que no había tantas cosas, de seguro papá había olvidado ir una vez más al mercado a hacer las compras. Cuando despertase trataría de convencerlo.

—Noah. —Él estaba estirándose cuando volví a la sala para seguir con mi trabajo. —Lo siento, se supone que te iba a ayudar con tu tarea. —Papá se veía cansado.

—No te preocupes, ya estoy por terminar. Papá, no hay fruta. —Informé y él hizo una mueca.

—Si quieres comer algo puedes comer del cereal, queda un montón. —Él revisó sus bolsillos y me entregó un poco de dinero. —Noah, iré a dormir un poco, te dejo dinero. Quizás puedas ir con Julie a jugar luego. —Asentí, papá acarició mi cabeza un poco antes de subir a pasos pesados.

No era algo inusual que esto pasara, a veces había días que mi padre estaba más cansado.

El problema era que mamá también se cansaba.

Podía ver la mirada de preocupación de mi mamá cuando llegaba a buscarme a casa de Julie para luego ir a ver a mi padre que seguía durmiendo como un tronco, era difícil despertarlo así. Mamá no decía nada, no era necesario, incluso siendo una niña entendía que ella se veía tan cansada como papá. Siempre había sido así, cuando papá se veía cansado, ella también y cuando papá se veía feliz, ella estaba feliz.

Ese era el ciclo.

⏳⌛️

No entendía ni un poco de futbol, Hunter había hecho todo su esfuerzo en enseñarme, pero yo no era buena prestando atención y menos reteniéndola por mucho tiempo. Claro que aprendí lo básico, algo que sabía gracias a que el padre de Julie también era fan del Manchester, pero del azul.

¿Por qué había dos Manchester?

Preferí no preguntar, la verdad, aún no me llamaba demasiado la atención el futbol.

El futbol masculino.

¿Madison será fan del equipo femenino?, aunque quizás no es buena idea.

La camiseta que me regalaron llevaba mi apellido, miré una vez más la bolsa llena de merch del equipo pensando en qué le gustaría tener a Madison, quizás le gustaría tener una botella de agua. Ella no bebe más que café, puede que con esta le cree el habito de empezar a tomar un poco más de agua y su estomago me lo agradecerá, sobre todo por las mañanas.

Me miré al espejo una vez más antes de ir por la abogada, la verdad es que con la camiseta de futbol sentía que me veía más lesbiana y eso me encantaba, el rojo era mi color por lo demás.

Me estacioné fuera del edificio de Madison y le avisé que estaba ahí, ella no tardó en bajar y me sorprendí cuando al entrar al auto que estaba temperado abrió su chaqueta mostrándome su camiseta del equipo, no era la misma que tenía yo y supuse que era un modelo antiguo. Pero ver a Madison vistiendo algo tan simple provocaba muchas cosas en mí.

—Hola, Mad.

—Hola, Noah. —Ella besó mi mejilla rápidamente, se veía energética y emocionada. —Dios. He esperado semanas esto. —Ver la felicidad en su rostro hizo que mi corazón sintiera una paz increíble.

—Espero tengamos suerte y ganemos esta noche.

—Lleva una buena racha, es lo más probable. De hace mucho no voy a ver un partido al estadio, no me había dado el tiempo, muchas gracias por esto, Noah.

—Es un regalo, tranquila. Aunque no sé si disfrutarás la zona VIP.

—He estado viendo videos, creo que me gustará. Me han dicho que tienen hasta juegos de mesa para el entretiempo, algo que solo los ricos harían.

Caminos a Ti.Where stories live. Discover now