- Wow - susurró Samantha - se supone que la muerte te lleva a un lugar mejor ¿No? - preguntó tomando la manija de la puerta - ¿Es entonces morir un acto egoísta? - preguntó rodando lentamente la manija - ¿Y matar un acto de generosidad? - rió irónica - ¿Debo agradecerle a quien mató a mi hijo? - preguntó abriendo la puerta para caminar dentro de la habitación. Rocio abrió un poco su boca sin saber qué responder, vaya. Samantha era la única persona capaz de dejarla sin palabras.

Rocio siguió a Samantha dentro de la habitación, notando cómo se sentaba en la cama desordenada del niño.

- Puedes agradecerle a Noah por haberte hecho feliz en su estadía en el mundo - dijo suavemente. Samantha volvió a reír irónica - no tiene que ser tan complicado, Samantha.

- Yo quería verlo crecer - respondió con una suave sonrisa mientras veía a Rocio sentarse a su lado - quería verlo ir a la escuela, ir a sus presentaciones, quería verlo enamorarse, verlo llorar por su primer corazón roto - era ella quien lloraba en silencio en ese momento - quería conocer a su primera novia, verlo casarse y formar una familia, verlo cumplir sus sueños. Quería verlo feliz ¿Era eso mucho pedir? - Rocio negó con su cabeza.

- Es normal, era tu hijo - respondió - yo nunca he tenido hijos, pero quisiera algún día tenerlos y sé que querré verlos hacer todo eso que dijiste - sonrió sinceramente - pero ahora mismo la realidad es que Noah no va a poder hacer nada de eso - Samantha hizo un puchero, sabía que tenía razón - y tú tienes que dejarlo ir - susurró intentando buscar su mirada.

- Yo, yo habría querido conocerte en el tiempo en que mi niño murió - susurró casi inaudible, con sus ojos puestos en el oso con el que alguna vez durmió su hijo - yo necesitaba a alguien como tú ¿Sabes? - Rocio sonrió un poco - necesitaba a alguien que me dijera lo que necesito escuchar, no lo que quiero. Sé que Noah no va a regresar por más que lo desee, sin embargo puedo intentar ser feliz hasta nuestro reencuentro - rió un poco - ¿Crees que cuando muera lo vuelva a ver? - la sonrisa de Rocio se paralizó.

- No quiero responder algo que pueda incitarte al suicidio - respondió sinceramente, provocándole una sincera risa a Samantha.

- Ahora que te conozco, tengo una razón para no hacerlo - se encogió de hombros - de nuevo tengo a alguien esperando por mí en casa - susurró. Rocio asintió - te quiero, Rocio.

- Yo te quiero incluso más, Samantha - respondió sin dejar de sonreír. Samantha asintió antes de pasar su vista por la habitación de su hijo.

- ¿Qué se supone que debo hacer? - preguntó en un susurro angustiada - ¿Ordenarla? ¿Guardar sus juguetes? Desde su muerte, Mapache es lo único que he podido tomar.

- Recuerda que, nunca vas a olvidar a Noah, solo vas a aprender a vivir con el hecho de su muerte - respondió - me dijiste que no te sientes viva por eso, muy bien, entonces debes dejar de existir a través de la muerte de tu hijo. Vive a través de tu propia vida. No sé si suene lógico, pero estoy haciendo un intento - Samantha rió un poco.

- Quieres que dejé de vivir la muerte de mi hijo para así vivir mi propia vida - dijo. Rocio asintió, básicamente era eso - puedo comprender eso - suspiró.

- ¿Entonces qué dices? - preguntó suavemente.

- Digo que, digo que mañana tenemos que ir a trabajar - respondió de inmediato - se nos hará muy tarde, Rocio - dijo levantándose para rápidamente caminar de vuelta a su habitación. Rocio suspiró con una sonrisa.

- Yo sé que podemos ganar esto, Samy - susurró antes de levantarse - yo sé que tú puedes ganar - volvió a susurrar antes de seguirla de vuelta a la habitación, donde al entrar la encontró cubierta con una manta completamente. Rocio no pudo evitar reír un poco al verla, era como una niña pequeña que quería escapar de sus problemas debajo de las mantas - oh, Samy desapareció - dijo acercándose a la cama para acomodarse en su lado, lado izquierdo.

Paper Hearts || Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora