– Básicamente esa es mi historia con Noah – dijo de repente – no es muy larga, bueno sí lo es, pero al llegar el momento en el que me deja plantada en el altar, se vuelve corta. No lo he visto desde entonces, no sé si tiene novia, o sí ya formó una familia con otra persona.

– ¿Aun lo amas? – preguntó Samantha inocentemente. Rocio la miró negando con su cabeza.

– No. Lo amé, claramente – rió un poco – pero ya no lo amo, ni siquiera lo extraño – Samantha sonrió ampliamente.

– Quizá él no era tu persona idónea – dijo divertida recordando las palabras de Rocio quien la miró sonrojada – Noah no era la persona idónea para Rocio – rió.

– Félix no era la persona idónea para Samantha – dijo de igual manera. Samantha negó con su cabeza.

– Mi persona idónea eres tú – bromeó poniendo a Rocio instantáneamente nerviosa – broma, Rocio – rió al verla sonrojada.

– Claro – susurró antes de que reinara el silencio en la casa.

– ¿Y qué más? – preguntó Samantha luego de unos segundos – ¿Noah y tú? ¿Algo más? – Rocio negó con su cabeza muy segura de no haber omitido nada – oh, en ese caso... – rió un poco dejando su taza vacía a un lado del sofá – veamos la película.

– Sí – dijo Rocio haciendo lo mismo pero a diferencia de Samantha, ella no había tocado su helado.

Pasaron algunos minutos en los que Rocio veía a Samantha mientras ella veía la película, notó que Samantha tenía helado seco en su mentón, si no lo limpiaba sería un problema.

– Samantha – la llamó Rocio acercándose a ella – tienes... – señaló su mentón riendo un poco.

– ¿Qué? ¿Tengo helado? – rió viendo cómo Rocio asentía – oh – dijo llevando su muñeca a su boca para intentar limpiarse – ¿Ya? – Rocio negó con su cabeza acercándose un poco más, ella misma la limpiaría. Con su pulgar talló suavemente su mentón hasta que la mancha desapareció.

– Listo – susurró alzando su mirada y notando que sus labios estaban a escasos centímetros uno del otro. Rocio miró los ojos de Samantha los cuales estaban fijos en sus labios. En ese momento solo existían ellas dos, nadie más. Rocio no entendía, pero estaba acercando lentamente su rostro al de Samantha, sintiendo la tensión, sintiendo su respiración. Cerró sus ojos, iba a besarla y no tendría arrepentimientos después de hacerlo. En el momento en que uniría sus labios con los de ella, Samantha cerró sus ojos... y bajó su cabeza. Rocio terminó por besar su frente.

– Yo... yo no quiero que sea así – susurró con sus ojos cerrados, en cambio Rocio abrió los suyos sin despegar sus labios de la frente de Samantha – sí vas a besarme, quiero que te enamores de mi primero – susurró sinceramente sintiendo las lágrimas formarse en sus ojos – cuando mi hijo murió, todo perdió significado para mí... quiero que... al menos esto, tenga uno – Rocio comprendió a qué quería llegar – sí no estás segura, por favor, no me beses – Rocio tomó delicadamente las mejillas de Samantha con sus manos y alzó su rostro con tal suavidad que la hizo abrir sus ojos – no quiero perder de nuevo – sus ojos conectados con los de Rocio.

– No vas a perder – le sonrió con ternura – no vamos a perder – Samantha hizo un puchero intentando no llorar más – entiendo a qué te refieres, yo no voy a presionarte. Vas a enamorarte de mí – asintió muy segura sin procesar sus propias palabras, sólo diciendo lo que sentía – y vas a escribir sobre una maravillosa pareja – la menor rió un poco – sobre Samy y Chio – susurró con una sonrisa.

– Mi corazón es muy frágil – susurró Samantha llevando su mano a la que Rocio tenía en su mejilla – cada día se cae a pedazos, cada día se rompe un poco más.

– Sí le faltan piezas entonces yo le daré las mías – sonrió sinceramente. Nunca habría creído lo que estaba sucediendo, nunca lo habría imaginado, pero así era el amor, incierto. Vio cómo las lágrimas de Samantha bajaban por sus mejillas, estaba asustada de sentir de nuevo – no llores, no pasa nada. Nunca estarás sola, nunca otra vez – Samantha sonrió un poco al escuchar eso.

– Quiero hacer las cosas bien – asintió Samantha presionando un poco la mano de Rocio sobre su mejilla – no quiero arrepentirme de esto, no quiero arrepentirme de intentar rehacer mi vida.

– No lo harás. Te enamorarás de mi – rió Rocio muy segura – ya verás – dijo antes de besar su nariz – quizá no fue en tus labios, pero es porque creo que la persona que no está segura es otra – bromeó en una risa – y está bien.

– Wow – suspiró Samantha sonriendo – la muerte de mi hijo me enseñó que la vida es muy corta, pero podemos hacer un momento eterno cuando ambas estemos seguras de lo que sentimos – susurró – y mientras eso sucede será un honor descubrir si eres mi persona idónea, Rocio – la sonrisa de Rocio hizo presencia, al igual que el tono rojo en sus mejillas.

– Lo soy, claro que lo soy – rió – y tú eres la mía.

– Será divertido descubrirlo – susurró apartando suavemente las manos de Rocio de sus mejillas – buenas noches, Rocio – dijo antes de levantarse del sofá y sin más irse directo a su estudio.

– Buenas noches, Samantha – suspiró repasando en su mente lo que acababa de suceder. Se creía totalmente heterosexual hasta ese momento.

Quizá se dejaron llevar por el momento, quizá ninguna entendía lo qué sentían pero ambas conocían el dolor y sabían que lo que sucedió entre ellas esa noche, fue porque así lo querían, porque así debía suceder. 

Paper Hearts || Factor RWhere stories live. Discover now