2. Un beso de novela.

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Sigue en la escuela, profesor? - respondió Darién mirando al frente.

Con sus dedos en la sien, Naim escuchaba el tono de espera del celular, era lo último que podía pasarle, perderlo en clases, le daba vértigo pensar qué podían encontrar en él y rogaba que solo lo hubiesen guardado para venderlo. Abrió los ojos escuchando la voz arrastrada y grave de su alumno, supo enseguida de quién se trataba. Suspiró apoyándose en la cabina del teléfono público.

— Si, dime dónde estás. - Naim dijo algo agitado por la urgencia, viendo cómo el sol se iba ocultando y la escuela comenzaba a ser cada vez más solitaria.

— En el salón. Te espero allí.- Darién colgó  caminando al salón.

—————

En el salón aún se escuchaba las pelotas de la práctica de básquet. Entrenaban hasta tarde. El salón estaba solitario y con la luz apagada aunque entraba la luz naranja del atardecer por las cortinas blancas. Darién se sentó en el escritorio repasando el relato erótico que había leído antes. Lo encontraba bien escrito. Se había sentido algo incómodo en un principio pero conforme lo leía, encontraba distintos matices en la escritura. Ya no era sexo, esos personajes sentían algo. Era una historia romántica, había pistas en sus diálogos y cómo el escritor relataba la forma en que conocían sus cuerpos, sus gustos. Tragó saliva llegando al final del párrafo por tercera vez mientras se oían pasos acercándose apurados. No podía sino ser alguien que buscaba algo. Sonrío al ver a Naim abrir la puerta y buscar la Luz a tientas.

Darién se apuró para que no la encontrase jalándole dentro del salón sin soltarle la muñeca. Puso el celular al alcance de la vista del profesor, con el relato en la pantalla.

— Ciencia ficción, eh? - Darién estiró el brazo al ver cómo Naim se estiraba para alcanzarlo. Se rió suave en los intentos desesperados que lo dejaban en evidencia respecto a su altura. - necesitas subirte a algo para alcanzarlo. - sus rostros estaban muy cerca, pero Naim no lo notaba, desesperado por conseguir su pertenencia. Olía dulce. - lo quieres? - le tomo de la cintura pegandolo a su cuerpo. - me interesa lo que escribiste aquí.

Naim sintió en un principio molestia por cómo lo evadía para devolverle el celular, luego vértigo al leer rápidamente que había leído parte de su relato palideciendo y finalmente su mano en su cintura y cómo lo había pegado a su cuerpo le hicieron sentir sus mejillas acaloradas y la respiración aún más agitada. Sabía que era Darién y pudo sentir la firmeza en sus brazos y sus manos.

— Qué.. esto no es nada.. es solo un trabajo que.. ahg - Naim intentó alejarse con sus manos en su pecho, apenas viéndole los ojos en la oscuridad y su expresión que era difícil de adivinar, miró hacia el lado con el ceño fruncido. - dime qué quieres y te lo daré, está bien? Buenas notas? Por favor no publiques esto... - lo miró suplicante, teniendo que estirar un poco su cuello e inclinar su cabeza para alcanzar su mirada.

Darién sonrío.

— Bésame, como el personaje de este relato.

Naim negó con la cabeza sin entender lo que había escuchado.

— Muy gracioso Darién, solo devuélveme el celular. - agachó la mirada intentando alejar su cuerpo para no reaccionar más de lo debido.

— Tienes pareja? - Darién le soltó la cintura, metiéndose el celular de Naim al bolsillo del pantalón.

Naim por su parte miró el celular en su bolsillo viendo hacia atrás, la puerta y luego a Darién, observando su rostro más nítido por las luces color mandarina que se encendían en los patios del colegio.

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⏰ Last updated: May 29 ⏰

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