En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|

capitulo 84- Ódiame

Sɪ ᴏ̨ᴜɪᴇʀᴇs ᴀʟɢᴏ ᴏ̨ᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ ᴛᴜᴠɪsᴛᴇ, ᴅᴇʙᴇs  ʜᴀᴄᴇʀ ᴀʟɢᴏ ᴏ̨ᴜᴇ ɴᴜɴᴄᴀ ʜɪᴄɪsᴛᴇ.

…⁠ᘛ⁠⁐̤

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Raymond Miller

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Ella había escuchado todo, incluida la parte del beso.

Miré a esa mujer y me sonrió burlonamente si fuera algo que hubiera hecho intencionalmente.

Sabía que lo había hecho intencionalmente, desde la primera vez que la vi, supe distinguir esas dos caras que tenía, Pero ella era importante para Khristeen y hacía lo posible para aceptarla y no darle vueltas al asunto.

Sus constantes señales de coqueteos se volvieron cada vez más evidente con el paso del tiempo, pero siempre le dejé claro que no se acercará a mí, debía saber que solo estaba aquí por Khristeen y debía saber su lugar y no debía acercarse ni a lo más mínimo hacia mí, pero por más que le advertí no me escuchó.

Ayer desde la mañana estuvo con Khristeen, hacía meses que no podía tocarla por sus heridas porque no quería lastimarla, pero esa mañana. Tuve ganas de tocarla todo de ella, de tocar cada centímetro de su cuerpo, de sentir la piel contra piel.

Cuando ella estaba dormida cansada la limpié y me dispuse a bañarme para salir de la habitación, tenía que hacer mi trabajo.

Sin embargo, cuando me dispuse de alejar de la puerta de la habitación, me detuve enfrente de aquella habitación, dónde se quedaba esa mujer y por lo que tenía entendido era mayor que Khristeen, ella tenía 21 años, su puerta estaba entreabierta y desde ahí afuera vi como lanzó el libro que Khristeen le había prestado con tanta emoción, le hacía tanta ilusión de haberle prestado un ese libro. No pude aguantarlo más y simplemente empujé su puerta con brusquedad.

Se sobresaltó por el ruido.

— Si no querías el libro, se lo hubieras dicho — Me miró sin moverse, sorprendida de que le atrapará con las manos en la masa. Pero reaccionó al instante.

Se levantó y se acercó a mí con pasos lentos dándome esa misma mirada que había odiado en esos últimos meses, odiaba que me mirara, odiaba aquella sonrisa falsa que le regalaba a Khristeen cada mañana. No hay ni una sola cosa que no deteste de ella.

— Lo tomé por lástima. — Alzó la mirada mirándome.

— Ella hubiera preferido que fueras sincera. — Entonces estalló en una carcajada, una de esas maliciosas

— Así es más divertido. — Sonrió. — Quiero que ella me vea como una amiga mientras le quitó cada cosa que tiene hasta ahora. — admitió con una sonrisa. — Le quitaré cada cosa que tiene, ese jardín, esa biblioteca e incluye tú. — Me señaló con el dedo tocando mi pecho.