Era vigilado 24/7 por cámaras de seguridad, tenía sensores de proximidad en la puerta de la habitación y esta contaba con miles de cerraduras extrañas. Solo se le era permitido salir a sus entrenamientos físicos, que se brindaban en la habitación de frente, a tan solo tres pasos, acompañado de dos vigilantes.
Ni hablar de la comida, parecía que en la UNIT era pecado ingerir algo diferente a la avena, aunque, no iba a mentir, con el paso del tiempo había aprendido a agarrarle el gusto.
Y lo que más le molestaba era ese maldito collar que le hacía sentir como un animal. Estaba acostumbrado a la presión y el frío metal, pero nunca podría acostumbrar su cuerpo a los choques eléctricos que el collar emitía al detectar ciertos impulsos en su cuerpo.
Vivía en una cárcel, pero no cometió crímenes.
Le ponía triste el saber que no podía recordar a sus padres con una sonrisa, siempre que pensaba en ellos su mente solo reproducía esos últimos momentos terroríficos que vivió.
—Doyoung —le llamó Minseok una vez que ingresó a la habitación, vistiendo su típico uniforme de la UNIT.
—Existe algo llamado "tocar la puerta" ¿si sabes? —habló Doyoung, encontrándose con la mirada severa del adulto. —No sé para qué está ahí si de todas maneras entran cuando se les viene en gana.
—Deja de quejarte y escucha —Minseok se acercó para tomar asiento a un lado del adolescente enojón. —No me hagas esa cara, ya vi que tus notas están bajando. Señalaste Alemania y dijiste que era China.
—Los mapas son confusos —Doyoung evadió la mirada del general. —Te he dicho mil veces que nunca seré bueno para eso, a mí me gustaría poder dibujar, no señalar los países en un mapa.
—Lo hago porque quiero que seas alguien en esta vida.
—Yo ya soy alguien, aunque ustedes quieran evitarlo —susurró. —Deberías de darme la oportunidad...
—No —respondió Minseok, serio. —Y no está a discusión.
—Minseok —Doyoung alzó la voz, sin embargo, no causó ni un poco de miedo al general. —Ustedes no me quieren dar la oportunidad de trabajar junto al escuadrón, me mantienen entrenando combate cuerpo a cuerpo todos los malditos días, pero siguen insistiendo en que no tengo lo necesario.
—Sabes perfectamente que no se trata de eso —la voz de Minseok también se elevó, causando que el adolescente bajara la mirada. —Doyoung... por más influencia que yo tenga aquí, no puedo convencer a los altos mandos, para ellos siempre serás un arma de emergencia y nada más.
—Arma de emergencia —el adolescente rió. —Pero me noquean si deseo mostrar mis habilidades.
—Te prometo que todo terminará un día de estos, pero ayúdame —rogó, agotado. —Tienes que obedecer lo que dicen, sabes que no ganarás nada haciendo que los tutores huyan por miedo, lo único que ganas es lastimarte a ti mismo. ¿No quieres cometer los mismos errores que tus padres? demuestralo, Kim DongYoung.
La expresión de Doyoung cambió ante la mención de su nombre completo, haciéndole sentirse enojado consigo mismo.
—No me llames así...
—Ganatelo. Deja de ser tan terco, te pareces a tu papá.
—¿Exigir la libertad, a la cual tengo derecho como ser humano, es portarme como el? ¿en qué país te encierran solo por ser hijo de una persona que fue mala? —Doyoung se levantó de la cama y le dió la espalda al general, quien también se colocó de pie. —Estoy cansado de tratar de demostrar que yo nunca hice nada malo, también me cansa escucharte prometer que seré parte de un escuadrón... quiero limpiar el nombre de mi familia y enmendar el daño que hicieron, y no me dejan. Me mantienen en esta habitación y me tratan peor que a un animal, mi cama es un maldito bloque con unas sábanas encima.
Minseok suspiró y permaneció firme, sin dejar que su preocupación se mostrara frente al chico.
—Tienes donde vivir, la UNIT te ha hecho un enorme favor.
—¡Gracias por no asesinarme! —gritó Doyoung, harto. —Tuvieron piedad de un niño pequeño, ¡bendita UNIT! se merecen más donaciones de los ciudadanos idiotas.
—Kim...
—Son unos malditos locos, me quieren mantener bajo vigilancia porque se que lo que le hicieron a mis padres no fue justo. Yo los vi, general, vi como todos ellos atacaban a mis papás, sin piedad y con armas extrañas... Y el que más ganó con esta misión fue tu escuadrón.
—No se de lo que hablas —Minseok trató de permanecer firme, incluso si las palabras de Doyoung le estaban haciendo sentir asustado.
—Un mejor puesto, un mejor salario... —Doyoung volteó y observó fijamente al general. —Eso valía la vida de mi papá y de mi mamá. ¿Qué valdrá la mía? ¿que vas a ganar cuando yo crezca y me dejen pelear dentro de algún escuadrón? ¿te llevarás el crédito por "reformar" a una mala persona?
—Estoy tratando... —susurró, con temor a ser escuchado. —Quiero salvarte la vida.
—¿Qué vida? —señaló a su alrededor. —¿Esto?... dile a la UNIT que mejor me maten, porque si esta es la vida que me van a dar, entonces no la quiero —volteó en dirección a las cámaras y las señaló. —¿Oyeron? ¡No la quiero!
Un pequeño 'clic' hizo eco en la habitación, seguido de esto Doyoung cayó al suelo, inconsciente. Minseok solo cerró los ojos y contuvo sus impulsos de ayudar, retirándose de la habitación en completo silencio.
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UNIT
FanfictionNadie es capaz de escoger a sus padres al momento de nacer, ¿por qué habrían de juzgarlo por errores que cometieron ellos?
INTRO: I'm not evil, I'm sad.
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