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Cristián mordió suavemente mi labio inferior y jadee ante el dolor. Sonrió y, cuando estuve a punto de besarlo, una alarma de auto comenzó a sonar sacandonos de la burbuja del momento
bajé mi vista y vi algo tirado, extrañada me estiré para agarrarlo y saqué uno de los peluches favoritos de Valentino. Cristián me miró y soltó un suspiro
ambos supimos, con tan solo verlo, que sin ese peluche Valentino no iba a dormir
— perdón Jaz, yo... —comenzó
— no, esta bien. Es por Valen, lo entiendo —sonreí y apreté suavemente su brazo
asintió y arrancamos nuevamente hacia la casa de Karen. Sabia que él no quería volver pero si era por el nene, haría lo que fuese
al llegar se bajó con el peluche en mano y volvió a tocar la puerta. Cuándo le abrieron vi cómo su ceño se fruncia y se adentraba bruscamente. Solo eso fue suficiente para bajarme del auto y caminar apresurada hacia él
— ...no! el nene acá no vuelve Karen. Estás en pedo? —me asomé por la puerta
— ay Cristian! que exagerado sos, es un chirlo nomás —minimizó
qué habia pasado para que Cuti se enoje tanto y no quiera dejar al nene?
— vos pedazo de cagón, por qué no me pegas a mi si tan malo sos —confrontó al otro tipo
Valentino estaba con la cara humeda por las lágrimas, al verme se acercó y me pidió que lo levantara llamando la atención de los presentes. Le hice upa y se aferró a mi con fuerza, acaricié suavemente su espalda y, en aquel momento de distracción, antes que alguno pudiese darse cuenta el rubio le pegó a puño cerrado a Cristian
solté un pequeño grito del susto y Cuti le devolvió la piña sin dudar ni dos segundos. Aquello era una escena muy poco agradable a la vista, el nene no debía ver eso y su papá tampoco debería involucrarse así en una pelea si quería la custodia
— Cristián! —lo llamé— basta, vamos. Por favor —rogué
aquello pareció hacerlo reaccionar
— y vos quién sos? —preguntó su ex-esposa
— no te importa Karen —agarró el bolso que habia dejado con anterioridad— Después vengo a buscar las cosas del nene y ni se te ocurra quejarte. Esto es tu culpa —soltó con desprecio
— es mi semana de estar con Valentino —espetó queriendo quitarmelo de los brazos
di algunos pasos hacía atrás alejándome y Cristián me colocó detrás suyo
— no. Nunca más te pienso dejar a mi hijo. Tené por adelantado que la custodia es mía —sentenció
me sacó de aquella casa mientras ella se quedaba puteandonos desde la puerta. Me senté dentro del auto aún con Valen abrazado a mi. Él cordobés cerró su puerta con fuerza y arrancó el auto enojado, apretando el volante haciendo que se marquen sus músculos y sus venas
tenía miedo de hablar y decir algo que no debía asi que solo me enfoqué en calmar al pequeño. Limpié su rostro y los pequeños mocos que se asomaban a su nariz con un pañuelito
toqué su nariz suavemente con mi dedo índice y sonrió levemente. Se acomodó en mis brazos y sujetó mi mano mientras tarareaba una dulce melodía
no tardó mucho en caer rendido ante el sueño y dirigí mi vista a Cuti, vi sus ojos aguados y noté sus dedos golpeando contra el volante, su labio inferior estaba atrapado por sus dientes y se notaba fácilmente su ansiedad, su preocupación y su enojo
le pedí que se hiciese a un lado y estacionara en la ruta, quería dejar a Valen en su silla y poder hablar con él
abrí mi boca para intentar saber qué había pasado y rompió en llanto. Me sorprendí tanto que no tarde en reaccionar y en abrazarlo con fuerza
— soy un padre de mierda... yo sabía, siempre supe —sollozó
acaricié su nuca
— no lo sos. Créeme y confía en mí. Sos el padre más bueno y dulce del mundo Cristián. La culpa no es tuya negrito
— Valen me lo dijo y nunca pensé que fuera tan así
— qué te dijo? —curioseé
— Karen. Había veces que no le daba de comer pero pensé que estaba exagerando, como todo nene, como siempre hacia él —negó varias veces— Cómo no me di cuenta Jazmín?
— ay dios —de tan solo imaginarmelo ya lo estaba pasando mal. Sentí mi estómago enroscarse y hacerse un nudo— No puedo creer que haya hecho eso. Vos no sabías, tendrías que haber sospechado, obvio, pero eso no significa que sea tu culpa
estuvimos un rato más así, él llorando y yo consolandolo, hasta que logró calmarse y volver a la normalidad. Donde tenía la mayoría de sus emociones reguladas
conociendolo era seguro que se había quedado con ganas de pelear contra el tipo por obvias razones. Sin embargo agradecía que no lo haya hecho. Le quedaba un largo camino si quería tener la custodia completa
al llegar nuevamente a Manchester los invité a ambos a quedarse en casa por esa noche. No quería que se queden solos después de lo que pasaron más temprano
les dí la habitación de invitados y Cristián agradeció varías veces. Me pidió que lo esperara fuera de la habitación un segundo y eso hice. No tardó mucho en acercarse y entrecerrar la puerta detrás de él
— sos una genia Jazmín —acarició mi mejilla
observé su mirada decaida y cansada. Aquello provocó que yo también quisiese llorar
— vas a estar bien? —me crucé de brazos
— si, seguro. No te preocupes —suspiró— Perdón, la idea de hoy era otra y no esta
— no pasa nada, en serio. Quiero... Los dos queremos lo mejor para Valentino
— quisiera haber tenido más tiempo en el auto para estar a solas
— para qué? —fruncí el ceño confundida
— para esto —acercó su rostro al mio y dejó un corto beso en mis labios— descansa bien, Shaz —imitó a su hijo
— descansa Cutie —arrugué mi nariz sonriendo tontamente
se giró y cerró la puerta de la habitación dejandome con el corazón a mil por hora y con ganas de que las cosas se hayan dado de una forma distinta
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