• ꌚ꓅ꍟ꒓ꍟꆂ ꁍꐇꐟ • // [Alastor x Male Reader]

• 7. | Paranoia •

Un escalofrío recorrió su espalda y rápidamente se levantó de la cama para asegurarse de que las puertas tuvieran seguro.

Soltó un suspiro cansado y se fue a acostar de nuevo a la cama y cerró los ojos...

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— Fui demasiado piadoso contigo. —

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— Te di chance durante los últimos años luego de que perdieras... —

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— ¿Ya es tiempo de que me seas útil no crees? —

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— A menos de que quieras perder la última cosa de valor que tienes. —

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— Solo escucha mi voz~ — .

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Y los abrió de golpe.

— ¿Por qué justo ahora?... — Con temor puso su mano en su cuello.

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La «Paranoia» se define como la desconfianza no realista de los demás o sensación de ser perseguido. En grados extremos, puede ser una señal de enfermedad mental.

En el caso de Husk, parecía tener la sensación de ser perseguido constantemente.

La mayoría de los inquilinos no lo noto, pero el bartender estaba más a la defensiva cada que entraban y salían del hotel...

Tenía miedo de que en una de esas el entrara.

Las noches se volvieron un martirio. Cada que trataba de conciliar el sueño siempre se veía perturbado por esa voz que resonaba en su cabeza una y otra vez.

Pero hubo alguien que si noto dicho cambio en su comportamiento cotidiano.

— Husker. — .

Alastor no era estúpido. Sabía que algo ocultaba el cantinero. Lo conocía demasiado bien como para ser engañado y pasar desapercibido la actitud de su subornidado.

— No estoy de humor para lidiar contigo. — .

— Oh, eso ya lo se mi buen amigo. Dime, ¿Qué te trae tan alterado mi querido minino? — .

El ciervo recargo sus codos en la barra expectante.

— Grr... Mis asuntos no te incumben. Ahora vete a joder a alguien más. — Tomo una botella de tequila y se la empino de golpe tomado su contenido.

Sin embargo Alastor lo ignoro y siguió hablando.

— Tienes las ojeras bien marcadas. Se nota que no has dormido como corresponde. — .

— Te lo advierto. Deja de andarme cuestionando sobre mi vida privada. — .

— ¡JAJA! ¿Y tú con que derecho me dices eso? Tu vida dejo de ser privada para mí desde hace mucho. — .

— Así cuéntame. Soy todo oídos. — .

— No lo haré. Y aunque quisiera hacerlo no puedo. — .

— Jajaja... No me obligues a usar la fuerza. — .

— Puede que esté atado a ti en alma pero solo aplica con mi alma. Eso es lo único que puedo decirte. Ahora vete. — .

El Overlord lo vio irritado. Estaba a punto de invocar la cadena con la que tenía atada el alma del felino si no fuera porque se escuchó la voz de Charlie cerca de ahí.

Se calmo de golpe. No quería arruinar la confianza que estaba logrando con la princesa del Infierno.

Aún no obtenía lo que quería de ella.

— ¡Alastor! — .

— Aquí estoy. ¿Que necesitas querida? — .

— Uno de los inventos de Sir. Pentious daño parte de una de las paredes del piso de arriba. Quería saber si podrías ayudarme con eso, si no es mucha molestia. — .

— ¡Al contrario querida! Yo me encargo. — .

El pelirojo chasqueo los dedos y un pequeño grupo de demonios se hizo presente.

— Vayan a la segunda planta a reparar los daños estructurales. — Ordenó.

El grupo de demonios solo asintieron y fueron guiados por la sombra de su amo.

— Muchas gracias Alastor. De verdad no sé que haríamos sin tu ayuda. — .

— No me agradezcas querida es todo un placer poder ayudarte con tu retorcida visión. — .

La rubia le dedicó una sonrisa al Overlord.

Todo estaba relativamente tranquilo hasta que de pronto se escuchó música a todo volumen fuera del hotel.

Inconscientemente Alastor bajo sus orejas de ciervo debido al ruido.

— ¡¿Pero que mierda?! — Vaggie llegó corriendo a la sala tratando de taparse los oídos junto con Angel.

— No, no, no, no, no... — .

Husk empezó a sudar frío mientras veía como la puerta principal del hotel se abría.

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Continuará...