- ¡Por fin llegáis! -rio Ferran- que escondidos estabais.
- Callaos ya -rio Adri- que es mi hermana.
- Uhh, ¿a que nunca has visto como se dan un besito? -dijo Balde.
- Que idiotas sois -dijo Fermín.
- ¿Te atreves a darle un beso delante de tu cuñado? -rio Ferran.

Mi cuerpo se tensó por completo. Odiaba a mis amigos borrachos, eran más idiotas que de normal.

- No, pesados -dijo Fermín.
- ¡Cagooooon! -cantaron al unísono.

Adri se reía, como todos. Pero yo miraba a Aitana serio, mientras ella sonreía nerviosa hacia Fermín.

- ¿Si le doy un beso os callareis? -dijo Fermín.
- Siiiii -gritaron riendo.

Fermín rodó los ojos y se giró hacia Aitana. El pulso se me aceleró cuando sus manos agarraron la cara de Aitana. Me mordí las mejillas por dentro hasta casi el punto de hacerme sangre. No podía besarla, no delante de mi.

El sonido del murmullo de la fiesta palpitaba en mis oídos mientras mis ojos estaban fijos sobre ellos. Luces parpadeantes, risas y conversaciones llenaban el aire, pero mi atención estaba fija en todos sus movimientos. Fermín apartó el pelo castaño de Aitana hacia su espalda, cayendo en suaves ondas, y sus manos se colocaron sobre la cintura que yo había rodeado con mis brazos alguna vez.

Los gritos se alzaron cuando los dos se besaron, y una ira completamente irracional corrió con tanta fuerza por dentro de mi cuerpo que mi pie dio un paso hacia delante por instinto, queriendo acercarme y separarlos. Una torrente de emociones se apoderó de mí en ese momento. Celos, frustración, dolor... todo mezclado en un torbellino dentro de mí. Sentí como si el aire se hubiera vuelto más pesado, como si el suelo se desvaneciera bajo mis pies. ¿Cómo podía ser posible que Aitana estuviera besando a alguien más? ¿No se suponía que solo eran amigos? ¿Estaba jugando conmigo? Y si lo hacía, ¿me lo merecía? ¿Lo estaba haciendo yo con ella?

Me alejé lentamente, tratando de ocultar mi furia detrás de una máscara de indiferencia. No quería que nadie más viera lo jodido que me sentía en ese momento. Subí a la planta de arriba hasta que entré en una habitación alejada del ruido. No podía soportar lo que estaba sintiendo, era horrible.

-NARRA AITANA-
Fermín me pidió permiso con los ojos para besarme. Habíamos estado compartiendo una conversación sobre Pedri a solas. Le había hablado sobre mis sentimientos, ocultando todo lo que hacíamos en secreto, y él simplemente se había dedicado a animarme. Fermín era muy buen amigo, me daba igual que los demás pensasen que estábamos saliendo. Pero ahí delante, mientras nos medio obligaban a besarnos, pensé en que Pedri estaba detrás. No quería hacerlo porque pensaba que le sentaría mal, pero por otra parte él seguía teniendo novia. ¿Se preocupaba él por si me hacía daño a mi? Ni siquiera éramos nada, yo ni siquiera tenía que guardarle fidelidad. Solo lo hacía porque lo quería.

Asentí levemente dándole paso a Fermín, y juntó nuestros labios en un breve pero suave beso. Cuando nos separamos, nuestros amigos reían y aplaudían, mientras mi hermano se partía el culo borracho. Fermín me pidió disculpas al oído, pero le quité importancia. Enseguida todos empezaron a dispersarse de nuevo, y yo busqué con la mirada a Pedri, que había desaparecido.

Empecé a sentirme mal. ¿Y si le había molestado? Pero no tendría porqué, no me quería y... que puto lío. Empezaba a pensar que esto no tenía sentido, quizás tenía que parar esto.

Lo busqué por toda la fiesta sin parar, sin encontrarlo. Tuve que subir a la planta de arriba cuando se me acabaron las posibilidades, abriendo las doscientas habitaciones que tenía Ferran para ver si Pedri seguía en la casa o se había ido.

You belong with meWhere stories live. Discover now