Capitulo 1

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Las olas del mar hirviente se golpearon entre si de una forma pacífica, como si se estuvieran acunando, las gaviotas de dos cabezas gritaron para un nuevo amanecer, y el sol empezó a asomarse desde el horizonte.

Y un nuevo día significaba... ¡Más tesoros que encontrar y más dinero que robar!

Tal vez tu solo has visto o escuchado únicamente de las Islas Hirvientes, has visto uno que otro cadáver de titanes caídos, pero posiblemente fuiste contado de que las Islas eran las únicas con vida de bruja en ellas.

Bueno, en realidad, esas eran mentiras. Incluso si las Islas Hirvientes eran el corazón del reino demoníaco, había otras siete Islas alrededor. Conocidas como las Islas del pecado, sus habitantes representaban el pecado de dicha Isla.

La lujuria, La Gula, La Irá, La Pereza, La envidia, El Orgullo, La Avaricia.

Y aunque su humilde servidora les encantaría contarles sobre estos lugares, hoy nos centraremos en Las Islas de la Avaricia.

Las Islas de la Avaricia, como su nombre lo indica, era un lugar lleno de brujas, demonios y subespecies que harían lo que fuera por un poco de dinero o simplemente ser posesivos con algún material. Sus colores siendo de diferentes tonos de verde oscuro. Y el sueldo allí realmente era lo peor.

Construido y nacido encima del cadáver del Titán avaricioso, Mammon. Era un lugar en donde los robos, estafadores, casinos y demás eran algo normal. ¿Acaso el banco fue robado? Oh, genial, lo normal de todos los jueves.

Y aquí es donde nuestro protagonista nació y creció. Y aquí, es donde presentamos a...

Alguien golpeó la puerta de su cuarto con fuerza, tan fuerte que hizo que su cuerpo diera un sobresalto, jadeando un poco por el susto.

─¡Barbie, levántate, Floja! ¡Oh si no me quedaré con tu desayuno! ─

La chica soltó un gemido de molestia, mientras a regañadientes y perezosa se quitaba las sabanas para levantarse de la cama. Estiro sus brazos mientras bostezaba e iba a su baño a bañarse y cambiarse a su uniforme.

Su casa no era grande como los de los ricos millonarios o aristócratas, pero era al menos lo suficiente para que ella, su hermano y su padre pudieran vivir. Dos recámaras, un baño, una cocina, un comedor que también era la sala de estar.

La niña de 10 años se sentó en la mesa del comedor. Ahora estaba vestida en una camisa blanca junto a una chaqueta sin mangas color café, una falda de color rojo y unas botas negras.

Allí, su hermano mayor, Ken, un adolescente apuesto de 15 años con cabello rubio y ojos celestes. Con una pequeña cicatriz en su ojo izquierdo, algo que se ganó en un duelo contra un pirata rival. Él también estaba vestido con su uniforme, una camisa blanca, pantalones negros holgados y cómodos que permiten libres movimientos, y botas de color café oscuro.

─Por fin te levantas, bella durmiente ─ Bromeó, poniendo un plato de tortitas y un batido de frutas.

Ay, cállate. ─ Odalia gruño, agarrando un tenedor para empezar a comer su desayuno ─ ¿En dónde está papá?

─Esta preparando todo para la embarcación de hoy. ─ Respondió el chico. ─Come rápido, sabes que al viejo no le gusta los retrasos.

No escucho respuesta por parte de su hermana menor, pero sabia que era un silencioso "sí". Por mucho que Ken no le gustaba que una niña de diez años se embarcara en aventuras piratas en donde fácilmente el barco fue asaltado por otra tripulación o ser inundado por una sirena. Tampoco le gusta la idea de dejar a su hermanita sola en unas islas tan peligrosas como las Islas de la Avaricia.

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⏰ Última actualización: Apr 30 ⏰

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