La frase "el corazón se me sale por el pecho" era la que podía describir su estado en ese momento. Desde la mañana hasta las once de la noche su cabeza no dejaba de pensar en qué es lo que pasaría de ahora en adelante con de acuerdo a lo que había planeado para ese día.
Estaba sentado en una mesa mirando directamente al hombre que amaba, Jungkook estaba comiendo lo que habían preparado especialmente para su cumpleaños. Viéndolo así, se veía una persona honrada, trabajadora y amable. Se veía como el hombre con el que soñó casarse desde siempre.
Sus cabellos negros, ondulados, caían suavemente por su rostro. Tenía una expresión de satisfacción al estar comiendo lo que le había preparado su novio, su casi prometido.
Taehyung mantenía su rostro neutro, completamente indiferente a lo que pasaba por la cabeza del contrarío. No veía la hora de irse de ese lugar al cuál una vez consideró su casa, el que había sido su hogar.
La situación era triste y deprimente, al menos para Kim. Pareciera que Jungkook ni siquiera se daba cuenta de la situación que se vivía día a día en ese lugar, y era tiempo de que supiera.
—Necesitamos hablar, kook.
Indicando que lo escuchaba, el mencionado levantó su cabeza, arqueó una ceja y de su garganta salió un sonido el cual se escuchó sin tener que abrir los labios.
Viéndolo directamente a la cara pensó que Jeon era un desperdicio. Jungkook era un hombre sumamente atractivo y fuerte, habría que ser ciego para no darse cuenta de que era un hombre hermoso, y era una lástima que fuera de una personalidad inconsciente e incontrolable. Por sobre todo insegura.
Lo amaba y sabía que lo extrañaría muchísimo. Sin embargo, no iba a dolerle más que seguir en esa situación, en esas ocasiones, era necesario aunquesea ser tan solo un poco egoísta.
—Y-yo...—tomó aire—creo que ya no podemos vivir juntos, ni estarlo.
No hubo reacción por parte de Jungkook, seguía comiendo como si él no hubiera hablado ni sacado un tema como ese. ¿Es que acaso ni siquiera le importaba su relación, o lo que sentía?
—Jungkook—volvió a hablar luego de unos minutos, elevando la voz.
Nada nuevo. Jeon no hacía nada más que seguir comiendo, su cabeza no se movía para nada y el único sonido que se escuchaba en el comedor era la cuchara rozando sus dientes.
Taehyung tenía ganas de llorar, no sabía si esa reacción de Jungkook era positiva o negativa y solo necesitaba que aunquesea dijera algo, por más crueles que sean sus palabras.
Kim reguló su respiración y volvió a hablar.
—Empaque mis cosas hoy en la mañana, planeo irme esta noche. Y... —jugó con sus manos— solo... solo quería despedirme de ti.
Su mirada permanecía en el peli negro, analizó cada uno de sus movimientos, su corazón estaba latiendo muy fuerte y sus manos temblaban. Odiaba esa sensación, se suponía que no debería de tenerle miedo a su pareja.
Agradeció que Jungkook por fin había terminado su plato, el mayor tranquilamente agarro el vaso con agua que tenía en frente. Cuando tomó un trago, volvió a dejar el vaso en su lugar y su mirada se dirigió al castaño claro, de manera fija.
El menor sintió una corriente por toda su columna vertebral y con toda la fuerza de voluntad, le mantuvo la mirada.
—No te irás, Taehyung—su voz hizo eco en el comedor, siendo que su tono autoritario fue calmado, pero firme.
Los ojos de Kim comenzaron a llenarse de lágrimas al mismo tiempo que sus manos volvieron a temblar, detestaba ser tan débil frente a ese tipo de situaciones, sobre todo en un momento como este.
