IV. Sueño con mi marca...

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Al abrir los ojos, no desperté en la posada en la que había estado en mi sueño

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Al abrir los ojos, no desperté en la posada en la que había estado en mi sueño. Estaba de regreso en mi cuarto. Pero por alguna razón, tuve una sensación demasiado extraña en todo mi cuerpo.

Me levanté y realicé mi rutina como todas las mañanas.

Normalmente, mis sueños desaparecían después de un par de minutos, pero incluso después de bañarme, vestirme y arreglarme, aún tenía presente todo lo que hubiera ocurrido, incluso lo recordaba mejor que lo que había hecho ayer.

Al bajar, Kozma ya me esperaba preparando el desayuno.

—¿Vas a desayunar algo hoy? —preguntó mirándome de reojo mientras seguía batiendo lo que estaba en el sartén.

—Creo que comeré algo después del entrenamiento —dije robándome una manzana del frutero para asegurarme de no ir con el estómago vacío.

—Recuerda tener cuidado y no presionarte mucho.

Sonreí sintiéndome alegre de que se preocupara por mí.

—No te preocupes, estaré bien. No es la primera vez que lo hago.

Saqué un termo de la alacena y comencé a llenarlo de agua cuando pensé en un detalle más importante que debía contarle.

—Volví a tener un sueño extraño —mencioné cerrando el termo.

Ella volteó a verme rápidamente, su mirada parecía más sorprendida que preocupada.

—¿De nuevo? —preguntó después de unos segundos de mirarme fijamente.

—Sí, solo que esta vez fue distinto. Estaba en un cementerio enterrada y después llegó un chico con poderes a salvarme —expliqué tomando asiento en la mesa cerca de la cocina.

—Tal vez significa que estás esperando a tu principe azul para que te salve —mencionó soltando un par de risitas, a lo que rodé los ojos.

—Ya me voy, vuelvo más tarde —indiqué queriendo evitar el tema de conversación.

—No te distraigas al volver a casa —gritó desde la cocina mientras cerraba la puerta.

Caminé hasta la parada de autobus y tomé la primera ruta que me dejaba cerca de mi academia de Karate. Dado que vivía lejos, llegué un par de minutos antes de que empezara la clase.

Mis amigos rápidamente se acercaron a saludarme.

—Te mentí —dijo Aishah en cuanto estuvo cerca mío—. No es mejor venir los sábados a entrenar, me siento súper cansada.

Soltó un fuerte bostezo mostrando su punto.

—Tal vez si te durmieras temprano los fines de semana no te estarías quejando ahora —replicó Bazyl recibiendo un ligero golpe de Aishah.

—No lo sé, yo también me siento cansada —dije dejando mis cosas en mi casillero designado—. Aunque sospecho que mi sueño tuvo algo que ver con eso.

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⏰ Last updated: Apr 24 ⏰

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Cuando el Sol se va  #ONC2024Where stories live. Discover now