Dᴇ ᴛᴏᴅᴏs ᴀʟɢᴏ ᴍᴀʟᴏ ᴘᴏᴅʀɪ́ᴀᴍᴏs ᴇsᴘᴇʀᴀʀ ᴘᴇʀᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ғᴀᴍɪʟɪᴀ ᴇs ᴍᴀ́s ᴅɪғɪ́ᴄɪʟ ᴅᴇsᴄᴏɴғɪᴀʀ, ᴘᴏʀ ᴇsᴏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀ ᴛʀᴀɪᴄɪᴏ́ɴ ʟʟᴇɢᴀ ᴅᴇʟ ᴄɪ́ʀᴄᴜʟᴏ ғᴀᴍɪʟɪᴀʀ, ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ᴏ̨ᴜᴇ ᴇsᴛᴏ ᴛʀᴀᴇ ᴇs ᴍᴀ́s ᴀʀᴅᴜᴏ ᴅᴇ sᴏᴘᴏʀᴛᴀʀ.
…ᘛ⁐̤
෴෴෴෴෴෴෴෴෴෴෴෴
Khristeen Diatlova
[ ]Han pasado dos días desde entonces, que paso el cumpleaños de Ray durante esos días su papal como mi maestro de tiro siguió y había aprendido bastante de él, cosas que ni siquiera sabía que las armas, desde ayer empezó a enseñarme a utilizar las dagas, claro fue sugerencia mía, no quiso aceptar al principio porque creía que era peligroso, pero al final terminé de convencerlo porque aprender a defenderme de esa manera era algo bastante beneficioso para mí misma.
— ¿Dónde vamos? — Cuestionó porque todavía no entiendo dónde quiere llevarme.— Ya te he enseñado cómo disparar, que tal si pones a práctica lo que enseña anteayer. — Arqueó una ceja ante sus palabras.
¿Poner a práctica? ¿Con qué?
— ¿Cómo? — Pregunté confundida cuando abre la puerta del auto y entro.
— Lo sabrás muy pronto — Dicho eso, cierra la puerta tras haber entrado para subirse en el otro asiento.
El chófer arranca cruzando el portón y cada vez tengo más curiosidad sobre la práctica que acaba de mencionar. Observó el camino en el proceso, no dice nada y no pregunto, solo estoy ansiosa de llegar para ver a qué se refiere.
— Hemos llegado. — avisa el chófer frenando enfrente de un edificio abandonado de más de cinco pisos muy alto, con solo mirarlo grita a terror.
— Ray. — Lo miré buscando una respuesta.
— No te preocupes, estoy contigo. — Baja del auto y abre la puerta donde estoy, dudosa bajo, ese lugar grita a peligro y el aire de terror en él no me da confianza — Conejita, estoy contigo — Aprieta mi mano y me siento calmada. — No te preocupes, vamos.
YOU ARE READING
En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|
Romance[Terminada] fue vendida por la única persona que tenía en este mundo durante 2 años, tuvo que aguantar el cruel destino que le tocó en este mundo. Hasta que lo vió a él, a pesar no reconocer sus rasgos faciales, sabía que ese hombre el doble más gra...