En un callejón oscuro, percibes todo, pero no puedes ver nada. Siento la sangre correr por mis manos, siento algo afilado acariciar mi garganta. ¿Es esto un sueño?
-¿Por qué sigues aquí? -pregunta una sombra que hasta ahora no había visto.
Como cada noche, las pesadillas y ellos se presentaban.
-No creo que puedas -responde la otra voz.
De repente, todo queda envuelto en silencio y una luz cegadora impacta mis ojos. Entonces, puedo ver con claridad: hay sangre por doquier. Más allá, todo sigue sumido en la oscuridad, y una voz me paraliza en mi lugar.
Despierto agitada y me sorprende ver a Elian descansando en el sofá cerca de mi cama, una sonrisa se forma en mi rostro al escuchar la canción que suena en su teléfono. _Recuerdame_
_Recuerdame amándote, mirándote a los ojos, atandome a tu vida, Recuerdame amándote, esperándome tranquila sin rencor y sin medida. Recuerdame, Recuerdame que mi alma fue tatuada en tu piel. Recuerdame cuando sientas que tu alma esta inquieta, si el deseo y tu amor no me calientan Recuerdame. Recuerdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos, y que seas invisible para mí, para mi. Recuerdame amándote, mirándote a los ojos, atandome a tu vida, Recuerdame amándote, esperándome tranquila sin rencor y sin medida. Recuerdame, Recuerdame que mi alma esta tatuada en tu piel_
-¿Te gusta la canción? -pregunta Elian, provocando que abra los ojos, sin darme cuenta de que los había cerrado.
-No la había escuchado, pero me agrada -respondí.
Él me dedicó una sonrisa, y de repente sentí una oleada de nostalgia al verlo colocarla una vez más con una expresión atenta. No sé por qué, esa simple acción hizo que mi corazón latiera tan fuerte como si la canción estuviera siendo dedicada exclusivamente a mí. No sé por qué quise en ese momento tomar mi teléfono y grabar como la cantaba.
Después de unas horas, ya estaba lista para dar un paseo, así que Elian se ofreció a llevarme a la playa para tomar un poco de aire.
-Oye, ¿no le mostrarás a nadie ese video, verdad? Mi imagen corre peligro con eso -exclamó, haciendo un puchero como un niño.
-¿Hablas de la imagen del Halcón negro?- Reí.
-Sabía que contigo sería el Halcón rosa o el Halcón azúcar, así me llama Trevor ahora -dijo, mirándome con el ceño fruncido-. Tendré que deshacerme de ti, eres un peligro para mi imagen.
No pude contener la risa, este chico es asombroso.
-¿En serio? ¿Y cómo podrías deshacerte de mí?-pregunté
-Se me ocurren varias ideas- sonrió con picardía.
No pude contener la sonrisa. Era fascinante, y a pesar de haber hablado poco, desde aquella noche en que lo conocí, me sentía como si lo conociera desde siempre.
-Es curioso-comenté con prudencia, escudriñándolo con atención.
-¿Qué es curioso?- preguntó.
-Siento como si ya te conociera, como si formaras parte de mí- expresé.
-Quizá en una existencia pasada, Kai.
-Quizá en otra vida, ángel - sonreí. -¿Por qué Kai?- pregunté con curiosidad.
-Kai significa mar, océano, y tú eres mi mar, mi Kai, siempre- sus ojos, tan oscuros como la noche, me miraban con tanta intensidad que por un instante creí ver un destello blanco en sus ojos.
-¿Por qué un ángel?- preguntó con una sonrisa en su rostro.
-Porque aquella noche parecías un ángel enviado del cielo, dispuesto a entablar una conversación conmigo- sonreí.
Tras recuperarme, nos dirigimos a la playa. Elian me llevó en su motocicleta, como aquella noche. Nos sentamos en la orilla y en silencio contemplamos el mar. A Elian le apasiona la naturaleza, y algo que me fascina es observar cómo aprecia cada detalle. Mientras él contemplaba el cielo, yo lo observaba a él, preguntándome si realmente pertenecía allí.
-"Extraño a mis abuelos, pero a veces no merezco recordarlos, no pueden estar orgullosos de alguien que esta en un callejón sin salida"- corté el silencio, mientras miraba el mar y sentía un ligero escalofrío.
-"¿Por qué extrañar a los muertos? No es necesario, ellos están en un mejor lugar. ¿Por qué mejor no extrañarte a tí? No eres ni la sombra de lo que solías ser".-Exclamó, con la mirada aún perdida en el cielo.
Es un escrito de Charles Bukowski, lo observó con una sonrisa.
-¿Qué es lo que te aterra, Elian?-pregunté.
-Le temo a mi otro yo... aquel que me destruye con mis propias palabras- respondió, con la mirada fija en mí, sin mostrar emoción en su rostro, lo cual me dejó claro algo.
Cada individuo libra una batalla interna consigo mismo.
«Y entonces me di cuenta de que todo el mundo sufría constantemente, incluido aquellos que fingían no sufrir».-Charles Bukowski
-Regresemos a casa,- exclamó Elian, levantándose de la arena en la que estábamos sentados.
-¿A casa?-pregunté, pues ya no tenía un hogar al que regresar y ya le había dicho a mi Tío que me quedaría con el y Trevor.
-Si, vienes conmigo- eso me tomó por sorpresa-iremos a mi residencia aquí y te quedarás conmigo, si así lo deseas, claro.
-Está bien- respondí rápidamente.
No sabía qué me ocurría, pero sentía la necesidad de estar cerca de él, como si fuera un imán poderoso que me atraía hacia la oscuridad de sus ojos.
-Entonces vamos-exclamó emocionado con una sonrisa-mañana tengo una carrera y vendrás conmigo.
-Eso suena maravilloso.
Nos dirigimos hacia la motocicleta para marcharnos, pero algo en el mar captó mi atención, algo tan azul, mucho más azul que el cielo, y me quedé mirando hacia ese lugar.
-¿Pasa algo?- preguntó Elian detrás de mí.
Me volteé y lo vi mirándome con extrañeza, tal vez pensó que no quería ir.
-Nada, vamos-le respondí, y con un sabor amargo en la boca, nos alejamos de allí.
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《las cosas pasan por algo y el tiempo te dice el por qué》
