«🌙»

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El sonido de los grillos de afuera combinado con la brisa de la noche eran hipnotizantes. Casi que hacían dormir a Yuuji si no fuera porque cierta maldición estaba siendo un dolor de cabeza e interrumpía la preciada hora de sueño de Yuuji con burla y menosprecio. Pero Yuuji ya estaba acostumbrado, la voz de Sukuna no era tan diferente a la que precedía. Una voz que sonaba más como la suya, saliendo desde lo más profundo de su mente en noches de insomnio donde Yuuji se preocupaba por Wasuke. La diferencia ahora era que Yuuji vivía en un dormitorio en vez de aquella casa vacía, donde Yuuji prefería estar fuera de lo fuerte que era el silencio.

-No importa lo que digas, tú y yo moriremos juntos. Me asegurare de eso. - refunfuño Yuuji, mirando el techo con ojos entrecerrados.

Sukuna se rió dentro de su mente. -Mocoso, el único destino que veo para nosotros es si uno está muerto, - se burló. -Y ese vas a ser tú.

Yuuji soltó un quejido. -¡No! ¡Seremos los dos!

Sukuna suspiró. -¿Eres mi esposa o qué?

Ante eso, Yuuji titubeo. Sus mejillas acalorandose a la vez que fruncía el ceño. -¡N-No! ¿¡Qué!? ¿¡Por qué dices eso!?

-Entonces ¿por qué insistes en morir conmigo? Ni siquiera tratas de buscar formas para salvarte a tí mismo.

-Porque...

-¿Te dijeron que lo hicieras? ¿Porque es tu rol? - Sukuna sacudió su cabeza en su dominio. -Ni siquiera tratas de luchar antes de caer, de verdad que eres un recipiente inútil.

Yuuji rodeó los ojos. -Como digas, anciano.

Silencio.

-Si tuvieras que escoger, - empezó Sukuna. -Entre salvarte o morir, cual escogerí...

-Ambos morimos.

Sukuna soltó un resopló. -Okay, pero si no tuvieras elecció...

-Elijo morir contigo en esta vida y la otra.

A Sukuna le divertía como su propio recipiente empezaba a sentirse avergonzado después de que aquellas palabras dejaran su boca. El calor en la cara de Yuuji se extendió hacia sus orejas y nuca. Yuuji puso el dorso de su mano sobre sus labios con los ojos muy abiertos.

-Vaya~ No sabía que te sentías de esa forma acerca de mí, Yuuji. - se burló Sukuna.

Yuuji gruño con molestia. -¡Cállate! Sé que eso sonó raro.

-¿Cómo a una propuesta de matrimonio?

-¡N-No es una propuesta! ¡No hagas esto más raro! - chilló Yuuji. Hubo un golpe en la pared, lo cual significaba que Megumi la había golpeado con la intención de que Yuuji se callara el hocico. Yuuji aclaró su garganta. -C-Como sea, yo me refería a...

-Sí, sí, lo sé. - Sukuna lo interrumpió con un suspiro. -Incluso si reencarnamos planeas perseguirme... que ridiculo.

-¡P-Para matarnos a ambos! - gritó en susurros Yuuji. Aunque, Yuuji sintió ese familiar revoloteo en su pecho de todas formas. Sus mejillas se ruborizaron y sus ojos se entrecerraron con molestia de nuevo.

Otro silencio.

-Mocoso, - Sukuna lo llamó, de nuevo. De alguna forma, Sukuna tenía un problema con que su recipiente estuviera tan dispuesto a morir juntos. Sabía que Yuuji podía ser abnegado... ¿pero a tal grado que no le importaría morir? ¿Y para qué? Nadie se dará cuenta de que Yuuji ha hecho el gran sacrificio que Yuuji estaba dispuesto a hacer. El mundo no cantará su nombre, no conmemoran su imagen o harán festivales en su nombre. Cuando Yuuji se haya ido y los que lo hayan conocido también lo hagan... ¿Quién quedará para recordar el sacrificio de Yuuji?

Juntos《SUKUITA》Where stories live. Discover now