Tu ayuda

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Así la noticia fue dada aquella mañana, Edward solo sentía curiosidad y ansiaba conocer a la criatura. —Es fascinante lo que de una extraña relación puede salir, aunque, no es el momento para hacer una visita.
—¿Ah no? Sara pensó en ir a ver al pequeño, Mia y esa chiquilla son amigas.
—Puedes ir, no tengo problemas. —Edward pasaría a visitarlos cuando estuvieran de vuelta en la habitación.

Emilico recibió visitas esa mañana, Patrick había regresado a descansar a su habitación, Shaun estaba feliz por ella.
—Mis felicitaciones Emilico, es un niño encantador justo como tú.
—Ay que preciosidad, es tan pequeñito. —Comenta Louise, Shaun esperaba que ella quisiese uno más adelante.

Ambos le buscaban el parecido ya que se parecía a la madre, solo el cabello era más claro, justo como Ricky, cualquier gesto que hiciese el bebé ambos se enternecían.
Por la puerta cruzaron Sara y Mia para darle sus felicitaciones. —En hora buena Emilico, ¿Cómo te sientes? —habló Mia queriendo saber el estado de salud de la rubia.
—Me encuentro bien, solo necesito descansar y estoy feliz de que ahora mi bebé esté a mi lado.
Sara se acercó a la cuna que resguardaba al bebé. —¿Cuál es su nombre?
—Matthew, señorita Sara, lo decidimos entre Patrick y yo.
Shaun lo tomó y sostuvo con sus manos para un mejor acercamiento, Mia lo miró y su corazón se derritió al conocerlo —Que precioso, ¡Miren esas mejillas! —Se aguantó las ganas de tocar las rosadas mejillas.

Sara solo pensaba en que no era una sombra, bueno que se esperaba de ellos, solo un simple humano llegó al mundo. Patrick tenía gustos extraños desde un principio pues se enamoró de una humana; se enfocó en Louise que seguía el mismo ejemplo. —Y ¿Louise también piensa en tener un bebé?
La mencionada sintió como una gota de inmediato bajaba por su frente. —E-eso es muy precipitado ¿no? Aún ni nos casamos, Louise no tiene pensado tener hijos aún.

Shaun pudo sentir su nerviosismo, mas no diría nada ya que el tema le incomodaba a ella y no quería presionarla a hacer algo que ella no quería. Mientras ellas dos hablaban Shaun se acercó a Emilico la cual estiró sus brazos para recibir a su hijo. Mia sonrió viendo la felicidad de su amiga y disfrutando juntos el nacimiento del niño.

Las cortinas impedían que la luz entrara a la habitación todo se encontraba en calma, Lou se despertó sintiendo un dolor en su pecho producto de la tristeza que cargaba diario por querer ser madre; Ricky estaba cansado por desvelarse en la madrugada, ella solo se abrazó a si misma para velar el sueño de su ruidoso marido que roncaba. Pensó en como serían sus hijos. —Sus ojos derramaron lágrimas, su corazón anhelaba poder convertirse en una buena madre y que pronto del cielo bajara el suyo.

Ricky al escuchar sus sollozos abrió los ojos viendo como ella se sumergía en la tristeza de sus pensamientos. —¡Lou! ¿Qué pasa? —Se incorporó de inmediato para consolarla con un abrazo.
—Lo siento Ricky, no puedo darte un hijo, no soy buena como mujer... —Se quebró en lágrimas, él con sus manos intentó secar sus lágrimas.
—¿Pero que tonterías dices? No... no digas nunca eso, eres maravillosa, de lindo corazón y hermosos sentimientos, amable y dulce, te amo demasiado, no importa si no tenemos hijos, si te tengo a ti no me hace falta nada. Además los hijos crecen y se van.
—Al menos quisiera tener la oportunidad de guardar en mi memoria que le leeré cuentos antes de dormir, que me dio un cálido abrazo, que se parezca a nosotros.

Ricky la abrazó protectoramente y con más fuerza, como no amarla desde la niñez, la única que se preocupaba por él y que quiso tener recuerdos el último día antes de la selección.

Aileen iba al laboratorio de Oliver para recoger el regalo que había encargado pero no se encontraba en aquel sitio.
—Jeremiah lo siente, Oliver debe estar en su habitación en este momento, además trabajó el artefacto en ese mismo lugar.
—Oh, bueno muchas gracias, Aileen lo irá a buscar.

MissingWhere stories live. Discover now