Capítulo 19

1.9K 126 26
                                    

Kiara

El mensaje me descoloco. Todavía en la ducha pensaba en él, respondí una hora después.

¿Cómo sabes que lo llevaba así?

¿Estás aquí, en el campamento?

Su respuesta fue inmediata.

:)

Poeta...

¿Sí?

Contesta mi pregunta.

¿Qué pregunta?

Gruño.

Cruzo las piernas en la cama, Jess ronca en la cama continua sin ser consciente de nada a su entorno. El viento azota con fuerza las ventanas, mas no entra a la cabaña, en mi sueño en la cascada junto a la ligera llovizna del agua, el eterno silencio y tranquilidad soñe con el causante de mis delirios.

Me sujetaba de la mano, mientras arribábamos a un avión en busca de nuestra felicidad y amor. Jugar el rol de Romeo y Julieta está interfiriendo en mis pensamientos.

El poeta al no obtener contesta se desespera de su propio juego y escribe.

No he podido evitar verte.

En un intento de olvidarme de ti recurro al campamento, pero el destino es tan jodido y te regresa a mí, porque, Kiara, nuestras almas están destinadas.

Traté de ignorar tu salida con el capitán para no recurrir a mis inseguridades, producto de nuestras diferencias sociales: ¿Soy suficiente para ella? ¿Me querrá de verdad? Muchas otras: ¿Qué tiene él qué no tenga yo? Pero luego recuerdo que esto no va de tener.

El amor consiste en ser uno mismo. Quizás no sea el hombre indicado para ti; no cuento con padre influyente, carros de lujo, apoyo en la escuela, posesiones valiosas o buena reputación, pero si tengo un gran corazón que sin importar tu decisión siempre te pertenecerá.

Con esta confesión busco aligerar mi alma y saciar mi apetito de ti, de mi y los recuerdos no creados a la luz de la luna.

En el crepúsculo que baña el bosque,

te escribo versos de sombra y luz,

cada palabra, un camino a la verdad,

te invito a caminar, descubrir mi voz.

¿Atravesarás el umbral de los secretos?

Al pie del lago, donde nacen los enigmas,

te esperaré al caer el sol, cuando el pueblo duerma.

Nuestras almas colisionan y quizás un flechazo

por parte tuya ocurra.

***

Muevo el pincel sobre el lienzo, retratando mi sueño, música colándose en mis oídos y transportándome a una atmósfera distinta a esta. Las calles de Madrid se hacen presentes al igual que sus mercadillos con aglomeraciones de personas, el dulce aroma del pan recién horneado de una panadería cercana.

Camino a su lado, contemplando un perfil desconocido. Él me sujeta de la mano, apretándola, asegurándose que no iré a ningún lado. Sin darnos cuenta la ciudad nos cae encima, cierro los ojos y recuesto la cabeza sobre su hombro, sus manos alrededor de mi cintura.

Cartas en Febrero ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat