𝙿𝚁𝙾́𝙻𝙾𝙶𝙾

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[ 𝙻𝚒𝚋𝚛𝚎𝚝𝚊 𝚍𝚎 𝙰𝚗𝚊́𝚕𝚒𝚜𝚒𝚜 ]

Era un día completamente normal en la academia UA, todo era tan monótono como todos los días.

Ver sus clases de la mañana, el almuerzo, y luego los entrenamientos por la tarde.

Si, todo iba tal y como siempre había sido, tan aburrido y molesto. O bueno, así lo veía Katsuki.

Ya estaban en su segundo año como estudiantes del curso de héroes y a su parecer todo se había vuelto más ridículo. Ya no iban a campamentos para practicar y mejorar sus dones, ya no traían héroes profesionales para que los asesorarán o dieran consejos, ya no hacían nada que los ayude en su aprendizaje para convertirse en héroes profesionales, solo veían clases aburridas y hacian entrenamientos que no les aportaba nada.

Cuando sonó la campana que indicaba el final del entrenamiento se fue directamente a los vestidores para tomar sus cosas e irse de una vez por todas a su habitación.

Al tirar todo en su mochila y cerrar su casillero dió media vuelta para empezar a caminar, pero un fuerte choque contra algo, o más bien alguien le hizo retroceder y tirar todas sus cosas al suelo, gruño con molestia.

Estuvo a punto de gritarle al responsable pero este sin darle tiempo de abrir la boca empezó a disculparse una y mil veces, al oir esa molesta voz y ver ese ridículo cabello verde solo pudo chasquear la lengua para comenzar a recoger sus cosas, notando otras a su alrededor que no le pertenecian.

—En serio lo siento Kacchan, no te ví y estoy un poco apresurado, debo terminar un trabajo y luego llamar a mamá porque necesita que le ayude con algo importante y-

—¡Ya cállate!— exclamó sin permitirle al contrario continuar -No me importa lo que hagas- murmuró por último apartando la mirada.

—Si, lo siento— al terminar de guardar sus cosas miró con curiosidad un trozo de papel que sobresalía de debajo de la mochila de Katsuki, con intenciones de entregarsela la tomo, pero al ver la imagen en esta se quedó contemplando la por unos segundos.

—La vieja quiere que la tía Inko y tú vayan a comer a la casa, pero su teléfono se averió y-

Detuvo la oración al dirigir su mirada al peli-verde que sonreía con cariño observando una fotografía, una en dónde ellos dos eran los protagonistas cuando tan solo tenían cinco años. Ambos sonreían a la camara mostrando sus mejillas sonrojadas por el sol y mostraban con orgullo como sus manos entrelazadas eran el centro de atención.

—¡Dame eso!— arrebato de un manotazo la fotografía y rápidamente la escondió en su bolsillo colgando su mochila preparándose para irse de ahí, ya podía escuchar las voces de sus demás compañeros acercarse. —¿Acaso la tía no te enseño a no tomar cosas de los demás?— soltó con molestia apartando su mirada.

—Ah, si lo siento...— Izuku también se levantó y colgó su mochila a su espalda apretando las tiras en sus manos mirando al suelo sin poder borrar su sonrisa boba o el leve sonrojo que adornaba sus pecosas mejillas. —No sabía que llevabas contigo una foto como esa— se atrevió a decir, sabía que estaba jugando con fuego, probablemente Katsuki le explote la cara y le grite un millón de basfemias, pero no puede evitarlo, necesita indagar más.

—La vieja seguro la dejo dentro de uno de mis libros, ella estaba viendo el álbum mientras yo hacía mi tarea— respondió sin dudarlo, sonaba convincente y era algo que su madre haría. —, no te hagas tontas ilusiones, idiota— soltó mientras caminaba a paso veloz, no quería que el pecoso viera su rostro.

𝐋𝐢𝐛𝐫𝐞𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐀𝐧𝐚́𝐥𝐢𝐬𝐢𝐬: "ᴷᴬᶜᶜᴴᴬᴺ"Where stories live. Discover now