CAPÍTULO 2

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Al día siguiente, North se despertó con una nueva determinación, escapar. La discusión había durado toda la noche, los dioses no suelen irse sin ganar de una pelea, y sus padres no eran una excepción de ello. Por lo que estaran distraidos en como retomar la pelea y demostrar que son más fuertes que el otro, y aprovecharia aquello.

¿El problema? Tendría poco tiempo para escapar y volver sin ser visto, por lo que debía utilizar sus poderes, ser listo y lo más importante, ser rápido, no debían darse cuenta de que se había ido.

Se cambió de ropa a una camiseta de cuello alto, unos pantalones negros y una chaqueta negra y bajó las escaleras silenciosamente, lo más rápido que pudo sin hacer ningún ruido que pudiera dar su posición.

Llego abajo, solo para escuchar a sus padres discutiendo, supo que era el momento, corrió hacia la puerta, la abrió y la cerró lentamente, rápidamente alejandose de la casa sin que nadie supiera que se había ido, como dijo su tía. Nunca habia escapado ni mucho menos, por lo que esto se sentía nuevo y divertido.

Cerro los ojos e intentó utilizar sus poderes, comenzó a flotar ligeramente, pero no tenía ningún control sobre ello y volvió a caer al suelo. Tendria que ir corriendo, no tenia tiempo de averiguar cómo sus poderes funcionaban ahora. Y dicho esto, comenzó a correr lo rápido que sus piernas le permitían, hasta que llego al puente que unía la zona de su familia con la plaza central.

Los dioses normalmente pasaban flotando, claramente después de miles de años el puente estaba destrozado, y si ponía un pie encima probablemente caería hasta el reino de los mortales, sin poder volver.

Solo habia una opcion, volar por encima... ¿Pero como?...

Retrocedió unos pasos y salto, aunque a mitad del aire sabia que no llegaria, por lo que según se iba a caer se agarro del otro extremo de la colina, utilizando toda la fuerza que tenia, aunque no era suficiente, si no conseguia subir se caeria al mundo de los mortales, un accidente que le costaría la inmortalidad. Maldita sea. Miro hacia abajo, lo unico que podia ver eran nubes, si los dioses podían morir o no era desconocido para el, pero si no conseguía llegar a la colina lo descubriría rápidamente.

Desesperado, se agarro con la otra mano, teniendo un mejor agarre, pero sus dedos comenzaban a doler solo del peso que tenia que aguantar. North hizo una nota mental, las divinidades pueden hacerse daño.

Sus dedos de iban soltando uno por uno, sus ojos se abrieron y estuvo apunto de gritar cuando una de sus manos fallo, se quedo demasiado aterrorizado para pedir ayuda, y poco a poco sintio su resistencia yendose tan rapido como la vida humana.

Y al final cayo, cerro los ojos automaticamente, sintiendo el aire alrededor de el, como caya, y grito, esta vez si que grito, esperando un golpe rapido, que al menos acabara con su vida eterna para no tener que sentir el dolor del impacto. Aunque no sintio nada cuando se suponia que habia terminado de caer, y estaba tumbado en algo blando y agradable, abrio los ojos lentamente, solo para ver que estaba encima de una nube artificial, despues miro hacia arriba, encontrandose con la cara de un angel, o asi era como los llamaba mi madre. Esta entidad era hermosa, pelo castaño, tez blanca (Completamente) y una cara fascinante, la mujer rapidamente puso sus manos en los hombros de North y le sacudio rapidamente.

−¡Hey!− Ella dijo, y dejo de sacudirlo, justo ahi el chico pudo ver las alas. −¿Estas bien?

North asintio, sentandose.

−Gracias Respondio el chico, mirandola con curiosidad.

−¿Que haces aqui?− El angel dijo, aun asustada y sorprendida −¡Podrias haber caido en el reino de los mortales, idiota!−

El pequeño la miro y avergonzado agacho la cabeza, mirando a sus piernas, ¿como podia explicar que había pasado?.

−Quiero ir a la isla central

−Un pequeño dios como tu que no sabe utilizar sus poderes no debe ir alli, podrias herirte a ti mismo− La ángel respondió.

−Por favor, ayúdame a llegar− North rogo, la mujer suspiro, y asintio, agarrando al chico de la mano y comenzando a flotar.

El chico se asusto y agarro su otra mano, cerrando sus párpados de nuevo y dándole toda su confianza, aunque antes de que lo supiera, sus pies tocaron tierra.

−Ahí− La mujer dijo, y comenzó a irse.

North la observó volar hacia su lugar de nuevo, era tan elegante y fascinante que no supo que hacer, y siguió andando.

El lugar estaba lleno de vida, dioses y entidades hablaban, jugaban o apostaban, incluso algunos miraban las ofrendas que los mortales les daban o tenían reuniones sobre que hacer en alguno de los reinos conocidos. ¿Porque sus padres le habían ocultado todo esto?

Se acercó a una de las entidades y saludó amablemente, aunque recibió una mirada de odio de vuelta.

−Solo queria saber con quien podria hablar para responder a unas preguntas− North dijo, intentando no perder los nervios, aunque el otro ser estaba claramente disgustado con la presencia del menor, por mucho que intentaba ignorarlo, ese dato seguía ahí.

−Por allí− Exclamó el otro ser, señalando a un camino −Ahora piérdete.

North asintio y comenzo a andar de nuevo, alejandose rápidamente aunque a su paso recibía comentarios y observaciones desagradables, mientras se preguntaba que había hecho mal. ¿Porque todo el mundo le odiaba? No había ganado este trato después de todo... No conocía a la mitad de dioses allí, así que porque le ignoraban como si fuera basura era nuevo para el. Aun así, el camino seguía siendo hermoso. Hasta que comenzó a ver un templo a lo lejos. Era majestuoso, gigante, blanco, animales volaban alrededor y se sintió seguro automáticamente al entrar al lugar, como si fuera un escudo que lo protegía del mal.

Se acercó más y fue ahí cuando se dio cuenta del extenso del lugar, alguien importante residía ahí, era bastante obvio, pero donde se estaba metiendo? quizás era peligroso, le habían engañado, el ser que le dijo que fuera por aqui no parecía muy amable.

El jardín estaba vivo, pájaros de todas las razas y colores pasaban de un lado para otro, insectos, peces que nadaban alrededor del río que seguía el camino de todo el templo. Y un puente de piedra que le daba al lugar un efecto de paraíso. Nunca había visto nada parecido, pero era fascinante.

Consiguió llegar hasta el portón de madera, dos columnas de cuarzo hacían que la entrada se viera elegante y no pudo evitar desviar su mirada para ver los grabados allí. Se queda horrorizado con ellos.

Eran los inmortales, desapareciendo en polvo, parecía dibujado por una persona divina (Mortales no podían subir al reino de los dioses, claro) como una profecía, ¿como nadie se había dado cuenta?. Quizás no le daban importancia.

Despues, abrio la puerta, el interior era aún mejor, era como un templo antiguo, un suelo de cuarzo y unas escaleras que llevaban a un altar en el que un señor estaba sentado. El señor parecía un dios, algo mayor, (raro, los dioses pueden elegir cómo se ven ¿porque elegiría ser mayor? ) tez verde y pelo azul.

−Perdone− North empezó, intentando llamar su atención, el dios giro la cabeza lentamente, y le miro con suavidad, una amabilidad que ya echaba de menos desde que había llegado,

−Chico−Comenzó el hombre −¿Que haces aqui?

−Vengo a hacer unas preguntas.

−Bien− Contesta el mayor, señalándole que se acerque. −¿Que quieres saber?

North intento explicar brevemente que sus padres no respondían a muchas de las preguntas, y necesitaba saberlo a este punto.

−Así que quieres saber...− El hombre se levanto y agarro la muñeca del menor −Si los dioses pueden morir

North asintió, solo queria saber eso, aunque aceptaba cualquier otra explicación posible que el hombre pudiera darle.

−Siéntate conmigo− El hombre dice −Siento algo muy fuerte en ti, chico, quizás seas mas que solo tu pregunta.

−¿A que te refieres?

−Pronto lo descubrirás.


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⏰ Last updated: Mar 28 ⏰

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THE END OF OUR GENERATIONWhere stories live. Discover now