El peso del pasado

1.5K 159 38
                                    












Cada vez que Max se sumergía en los recuerdos de su pasado, se encontraba atrapado en un torbellino de miseria y dolor, como si reviviera una tragedia una y otra vez. La prensa, siempre hambrienta de controversia, se deleitaba en cuestionar y desacreditar su vida, otorgándole motes como petulante, agrandado, narcisista y cínico. Estas etiquetas, más que simples palabras, se convirtieron en cadenas que arrastraba a lo largo de su existencia.



Max, en su desesperación por encontrar sentido en la confusión que lo rodeaba, no había hecho nada para desmentir esas acusaciones; de hecho, sus acciones solo parecían alimentar los rumores y las habladurías que lo perseguían.

 

¿Por qué luchar contra un mundo que ya había decidido verlo como el villano de su propia historia?



Había llegado a un punto de agotamiento extremo, donde ya no le importaba lo que los demás pensaran de él. Había aceptado su papel de paria social, de marginado por elección propia.

 

Pero lo que el mundo no sabía, lo que nadie podía entender, era el dolor profundo que albergaba en su corazón. Nadie conocía la verdadera razón detrás de su aparente desprecio por el mundo y su desdén por las convenciones sociales.



Detrás de la máscara de amabilidad y carisma que Sergio mostraba al mundo, se escondía un monstruo que solo Max había visto. Desde aquella fatídica noche en la que Sergio había decidido romperle el corazón, Max no había sido capaz de mirar al mundo de la misma manera.

 

Había conocido a Sergio en el momento en que había ingresado a la Fórmula Uno, y lo que comenzó como una simple admiración pronto se convirtió en un torbellino de emociones confusas y sentimientos encontrados.



Para Max, la línea entre la admiración y el amor se desvaneció rápidamente. Los pequeños coqueteos de Sergio fueron como una luz en la oscuridad de su soledad, y Max, un chico que había sido privado del amor durante demasiado tiempo, cayó ante las dulces palabras susurradas en su oído.

 

El romance entre Max y Sergio fue una montaña rusa de emociones desde el principio. Max lo recordaba como un torbellino de pasión y deseo, una vorágine que lo envolvía en su juventud temprana, cuando apenas tenía entre 18 y 19 años.

 

Pero ahora, con 25 años y un poco más de sabiduría bajo su cinturón, Max era capaz de reconocer las señales de advertencia que habían estado presentes desde el principio.



Una de esas señales era la diferencia de edad. En sus momentos de introspección más profunda, Max llegó a la conclusión de que nunca se sentiría cómodo saliendo con alguien tan joven como él lo era en aquel entonces. La idea le resultaba incómoda, como si estuviera cruzando una línea ética que no podía ignorar. A los 18 años, apenas estaba comenzando a entender quién era y qué quería de la vida, mientras que ahora, a los 25, había adquirido una mayor comprensión de sí mismo y de lo que esperaba de una relación.

Reckless  |LewisxMax|Where stories live. Discover now