Duxo es un cazador de vampiros, desafortunadamente, en una de sus cazas semanales es atrapado y transportado en una realidad creada por vampiros. Lo que no se esperaba era que estos le harían de su vida un infierno.
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Este capítulo contiene malas palabras y violencia hacia el protagonista. Por favor, tener discreción a la hora de leer.
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Ya no le importaba nada, ya ni siquiera creía en las falsas esperanzas de los demás, sabía que estaría ahí hasta donde ellos quisieran, no podría zafarse de esa autoridad nunca jamás, ya no podría ser libre a lo largo de su vida.
Veía el gran cielo rojo vinotinto, pero miraba algo en especial, aquel ente blanco luminoso de forma circular que se encontraba posicionado en la noche roja. A pesar de ser falsa, captaba la misma luz de la luna original, aunque si le molestaban esos cuervos alrededor del lugar, eran muy ruidosos, por alguna extraña razón, siempre estaban cerca suyo si es que lo detectaban, tal vez es una reacción común al ser un humano, quizas están acostumbrados a los vampiros.
Hoy tenía actividades con Aquino. Tiene que aceptar que se siente con terror debido a que ese castaño es bastante loco y bizarro, teme que pueda hacerle algo pasado de otro mundo, aunque no cree pueda ya que si hace algo arriesgado, terminaría matando a Duxo, pero las posibilidades no son nulas.
De nuevo, se dirigía a la mansion, tomó la manija de la puerta principal y la abrió sin más, los presentes que estaban en la sala se sorprendieron por la repentina venida de Duxo. Natalan, el cual estaba leyendo un libro le dirigió la mirada a él más bajo con una sonrisa divertida de por medio, este nada más le devolvio aquel gesto de una manera frívola. Poco le importo al vampiro, el cual solo sonrio ante la reacción contraria, se le acercó a Soaring, el cual estaba relajado en el sofá y le susurro algo en el oído, el heterocromatico se sorprendió al recibir tal verdad la cual no fue capaz de escuchar el pelinegro.
Duxo cerro las puertas y se fue del lugar, en busca del laboratorio de Aquino. Vaya que fue difícil encontrar aquella habitación, aunque no le veía el sentido de esconder su cuarto de experimentación, de todos modos ya se sabía las cosas horribles que hacía allí. Se tomó por sorpresa encontrar la puerta semi abierta, no es por ser un metiche en la cosas, pero decidió mirar por ese pequeño espacio. Enfoco bien su vista y miró atrá vez de aquel hueco, la escena que vio lo impacto bastante.
Muchas cosas ahora estaban tiradas al piso y junto a ellas estaba Andreh, mucha sangre estaba plasmada agresivamente en su faz y eso era bastante confuso. Se supone que al ser un vampiro, ese líquido rojo deja de ser inexistente en el cuerpo del sujeto. Aquino se acercó a él con una bolsa de sangre en sus manos, se agacho hasta la donde estaba tirado el albino y dispuso esta misma en su cara.
— ¿Esto es caso lo que quieres? — Decía en un tono amenazante. Su cara lo único que reflejaba era enojo y decepción. Andreh al recibir la pregunta solo, asintió adolorido, el castaño sin más arrojo la bolsa agresivamente al rostro contrario, seguido de esto, se levantó abruptamente y pateo un objeto aleatorio que está en la habitación.
