Quinto capítulo.

Start from the beginning
                                    

El dolor le resultó insoportable tras cada brutal golpe que recibía, más sin embargo también de cierta forma le era gratificante, no podía negar que se sentía muerta en vida con la pérdida de su padre y el dolor físico de alguna manera la distraída del emocional. Aun así, luchaba por defenderse con las pocas fuerzas que le quedaban.

Éste es el momento en que me salvas, pensó en Luxor.

Sin embargo, él no llegó. No, hasta una hora después. Cuando Abdul se había marchado, dejándola en un baño de sangre.

―No... ―exclamó el androide al momento de forzar la entrada y entrar. Se acercó con delicadeza y la tomó entre sus brazos. Sin esfuerzo liberó sus manos de los grilletes― lo lamento tanto.

―Luxor ―murmuró Giselle, su garganta estaba seca y le dolía cada músculo de su cuerpo. Pero estaba viva, Abdul la necesitaba y matarla era un regalo que no estaba dispuesto a otorgarle―. ¿Tú me trajiste con ellos?

El robot bajó la cabeza y asintió, avergonzado de si mismo.

―Fui reprogramado automáticamente cuando entré a la oficina de Abdul, para fingir que estaba de su lado mientras ellos se preparaban. En la terraza, vi como la maltrataron y no hice nada hasta que le implantaron el feto y nos dejaron marchar. Yo no estoy de su lado, señorita. Soy un traidor.

Su voz tenía una punzada triste que Giselle notó al instante. Movió con cuidado la cabeza en su dirección y trató de mirarlo con la vista tornada rojiza por la sangre acumulada en sus ojos, una vez que lo logró; asintió con la cabeza. Ella ya había llegado a una conclusión.

―¿Por qué estás aquí entonces? ¿Por qué te preocupas por mí y me defendiste del jefe de los Ziros?―preguntó con serenidad. El androide se encogió de hombros como cualquier humano y ella continuó―. Mi papá era un ser extraordinario, es por eso. Él puso algo en ti que por más que la tecnología intentara arrebatarte, no pudieran... ―Giselle tosió y escupió sangre.

―Necesito curarla ―la interrumpió.

―¿Lo ves? Te preocupas por mí y eso solo significa algo, me quieres. Mi papá logro darte sentimientos. Era la única manera de garantizar que siempre me protegerías, incluso cuando te ordenaran lo contrario. Nunca te cambió las tres leyes, solo te dio sentimientos, como cualquier humano. Y un humano puede matar para proteger a quien ama.

Luxor retrocedió un poco y vaciló con una leve sonrisa. Por un momento los dos permanecieron en silencio.

Él tomó su mano con mucha delicadeza y ella cerró los ojos, ambos disfrutaron de un único momento de paz con su mutua compañía.

La misma que fue arrebatada tres minutos más tarde, cuando Abdul ingresó al lugar hecho una furia al descubrir lo que había pasado.

―¡Maldito pedazo de metal! ¡Mataste al Goro y sus hombres! ―gritó con un arma entre las manos apuntando hacía los dos.

El androide se puso de pie y con un golpe noqueó a Abdul provocando que su arma se deslizara por el piso. Giselle se levantó con dificultad alejándose de ellos y en cuanto vio el arma intentó tomarla.

Por su parte, el androide sujetó a su víctima y siguió golpeándolo con la triple intensidad de la que él había golpeado a Giselle.

―Si me matas, Giselle morirá al dará a luz a un monstruo, solo yo sé cómo evitarlo ―bramó el científico, Luxor se detuvo y espero un comentario de la chica.

―Es mentira, yo se que no hay forma de evitarlo ―contradijo Giselle ya casi con el arma en sus manos.

Pero Abdul ya había logrado su cometido y ante el descuido del robot, se liberó y en un rápido movimiento activó sobre el androide una fuerte dosis de rayos gammas.

Giselle tomó el arma y le disparó justo en el cráneo a Abdul. Lamentablemente Luxor ya estaba tendido sobre la superficie blanca dando combustiones eléctricas.

―No Luxor, por favor no... ―suplicó entre susurros alterados.

El androide intentó moverse sin éxito.

―Giselle... ―Su voz estaba distorsionada y era apenas audible. Sus ojos soltaban chispas― yo si... La quiero... Señorita.

Dicho esto, las chispas cesaron y Luxor quedó completamente quieto.

Ella se acercó con el dolor contenido en su garganta y lo besó tiernamente, sus lágrimas cayeron sobre él en juego con sus palabras.

―También te quiero, Luxor.

Giselle se acorrucó entre sus brazos ahora fríos y sumió la cabeza en su regazo. El dolor de su estómago regresó para recordarle que un monstruo se alimentaba dentro de ella, literalmente. No era un feto, no lo daría a luz, esa cosa terminaría por comérsela desde a dentro y no había nada que pudiera hacer.

Se deshizo de su malestar y se abrazó a Luxor para enseguida hacer un repaso mental a todo lo que había pasado. La cabeza del grupo de los Ziros estaba muerta y Abdul como cómplice también, ya no podían hacer más daño.

Eso la reconfortó un segundo, pero pronto se atormentó de nuevo al pensar que ahora estaba sola. Sus amados padres estaban muertos, Luxor había sufrido un brutal ataque de rayos gammas por protegerla a pesar de su reprogramación. Y ella, bueno, ella se estaba desangrando.

Decidió dejar atormentarse, dejar de sufrir con sus pensamientos. Giró despacio a Luxor y le hizo pasar el otro brazo por alrededor de ella, una vez que quedaron abrazados, Giselle sonrió y cerró los ojos.

F I N

Te protegeréWhere stories live. Discover now