- ¿Agarro un cuchillo por si es un chorro? -pregunto ella preocupada.

-  ¿Con un tramontina te queres defender? -reí y ella lo agarro, me acerque lo suficiente a la puerta. -¿Quien es?

- Abrime madi, soy yo. -respondió la voz detras de la puerta, al reconocerla perfectamente abrí la puerta.

- ¿Que haces acá, Blas?

- ¿Podemos hablar? -preguntó con algo de preocupacion en su voz, asentí algo confundida y le indique que me siguiera hasta mi habitacion para hablar solos y tranquilos.

































- ¿Podemos hablar? -preguntó con algo de preocupacion en su voz, asentí algo confundida y le indique que me siguiera hasta mi habitacion para hablar solos y tranquilos

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MIENTRAS estabamos sentados en el borde de la cama serios, dije las primeras palabras desde que cruzamos la puerta del cuarto, rompiendo el silencio incomodo.

- ¿Que me querias decir?

- ¿Estuviste con Felipe? -abrí mis ojos y levanté mis cejas sorprendida ante la pregunta repentina.

- ¿Eh? -exclamé con algo de confusion, haciendo notar mi nerviosismo. -Nada que ver, flasheas.

- Ah, pasa que Matias me tiro un palazo ayer. -respondió sin quitarme los ojos de encima, su mirada me hacia poner mas nerviosa al ser consciente que blas se estaba haciendo el boludo y queria que pisara el palito sola. -Pero bueno, seguro estoy flasheando. ¿No?

- ¿Cuando te dijo eso? -dije con el ceño fruncido, las ganas de ir hasta la casa de matias y cagarlo a piñas me consumian. -Te esta re boludeando, sabes como es ese wachin.

- No creo que seas tan gila como para meterte con mi otro amigo. -me miró algo obvio y tragué grueso.

- Igual no entiendo, ¿vos viniste hasta acá a preguntarme esa boludez?

- ¿Sos tarada o no te das cuenta de que te extraño?  -dijo sin más mientras negaba con su cabeza, yo me quedé dura al escuchar lo que acababa de decir.

- Andate. -respondí seriamente, el rizado me miró fijamente.

No tenia ganas de sufrirla devuelta, en realidad ni siquiera habia pasado un año desde que habiamos terminado, pero estaba en proceso de olvidarme de él y tenerlo asi de cerca no me ayudaba mucho.

- No seas así. -respondió suplicandome. -Yo extraño todo de vos, ¿que querés que te diga?

Con la forma en la que me hablaba me olvidaba de que me habia gorreado y yo me habia comido al amigo.

- No quiero saber nada yo, andate a tu casa. -tragué saliva y señale la salida de la habitacion con mi mirada. -No me voy a volver a bancar tus actitudes de mierda.

- Perdóname. -respondió y note la sinceridad en sus palabras, pero simplemente ya nada era lo mismo, ni siquiera sentia amor.

- Esta todo bien Blas, andate a tu casa.

- ¿Todo bien? -preguntó lola desde el otro lado de la puerta.

- ¡Si! -grité para que me escuchara y volví mi mirada hacia el pelinegro. -¿Te podés ir?

Este aún son su mirada con arrepentimiento asintió, salió de la habitación e hizo lo mismo con la puerta de la salida. Antes de irse me dió una ultima mirada y murmuró un "perdón", asentí restandole importancia y finalmente se fue, dejandonos solas otra vez.

- Dijo que me extrañaba. -hablé mirando a lola, esta me miro con una mueca de disgusto.

- No vuelvas a esa relación de mierda, la pasaste para el orto ahí. -contestó y yo le dí la razón.

El silencio en la sala fue interrumpido por unas notificaciones provenientes de mi celular, lo di vuelta para prender el telefono y ver como la pantalla se iluminaba con mensajes de whatsapp.

pipe

en q andas?

estas sola? te quiero ver

Giré mi cabeza observando como Lola miraba atentamente la pantalla del celular, reí. Esos mensajes me habian hecho olvidar completamente de la situación que acababa de pasar y la sonrisa en mi cara era tan grande que parecia que era mi cumpleaños.

- Si querés me voy a dar una vuelta. -propuso ella con una sonrisa juguetona en su rostro.

- Dale, haceme la segunda. -asentí y ella rapidamente se fue hacia su habitacion a cambiarse para irse.

Mi vista volvió hacia la conversación y con una sonrisa respondí.


estoy sola, venite

voy morochaa

Aún con una sonrisa como si fuera una adolescente enamorada dejé mi celular en la mesa y me levanté rapidamente del sillón, yendo a ver que onda con mi amiga.
Al entrar a su cuarto la encontre sentada poniendose las zapatillas.

- Te amo rubia, ¿sabes? -dije en forma de agradecerle mientras la miraba apoyada en el marco de la puerta.

-  Callate, más vale que no cagonees y pase algo. -me señalo y yo reí. -En un rato vuelvo, mandame un mensajito cualquier cosa. -dijo saludandome con un beso en el cachete mientras caminaba hacia la salida de la casa. -¡Tenés forros en la mesita de luz! -gritó desde la puerta para luego cerrarla y finalmente irse. 

Reí y comence a prepararme un poco para la llegada de Felipe, tampoco queria recibirlo en top, short de futból y ojotas con medias.


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𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐋 𝟐𝟑 felipe otañoWhere stories live. Discover now