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el efecto remix; rauw alejandro & chencho corleone
JUNTO A Lola, Juani y Felipe caminabamos por las calles de Buenos Aires, era una mañana hermosa y se podia ver como hace poco habia salido el sol, todo era perfecto. Quitando el hecho de que Lola vomitaba en un arból.
- ¡Lola la puta madre! -maldijo el rubio mientras le sostenia el pelo a la chica.
- ¿Que no tomamos lo mismo? -pregunté y Juani me miró.
- La pelotuda se aprovechó de que tiene una mejor amiga bartender. -traté de aguantar la risa ya que el rizado se veia bastante serio ante la situación, sin embargo no era la única que se queria reir.
- Estas re callado vos. -hablé mirando al castaño parado a mi lado.
- No estoy hablando porque me quiero cagar de risa. -comentó tapandose la boca, yo solté una carcajada.
- ¡Ya estoy mejor! -gritó la rubia agarrandose de Juani, este la agarraba de la cintura para ayudarla a caminar, habiamos renaudado el camino a la casa de cada uno.
Los chicos se ofrecieron a acompañarnos a mi casa, una vez adentro Juani me ayudo a acostar a Lola, la cual una vez que tocó el colchon cayo dormida automaticamente. Ambos salimos del cuarto dejandola dormir tranquila, fuimos hacia la cocina y allí estaba pipe sentado en el sillón mientras observaba la casa curiosamente.
- Linda casa tenés. -dijo observando el lugar y yo le sonreí.
- Madison de mi corazón. -habló el rizado con un tono dulce bastante fingido mientras me miraba, yo lo ví imaginandome que quizás me iba a pedir algo -¿Te puedo pedir un favorcito?
- ¿Cuanto querés? -respondí buscando plata en mi billetera, el rubio me miró indignado y negó repetidas veces.
- ¿Como vas a pensar que quiero plata?, me extraña amiga. -volvió a negar -Nosotros fuimos con los chicos al boliche, pero a eso de las tres les dí la llave del departamento de pipe para que se vayan con unas chicas y bueno...
La expresión de pipe cambió rotundamente luego de escuchar lo que decia su amigo -¡¿Les diste las llaves de mi departamento?!
- Perdón amigo, estaban re felices los pibes. -se excusó avergonzado con la cabeza baja mirando el piso, parecia un nene chiquito siendo cagado a pedos por su mamá.
- Dios, no te doy más mis cosas para que me las guardes. -lo regaño y el contrario seguia sin decir nada y sin alzar la cabeza -Llegamos a ir al departamento y los encontramos garchando.
