Capítulo 15

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En el hogar de los Morningstar todo había cambiado, de un día para otro Lilith había dejado su hogar, había dejado a su familia y tomó un camino del que nadie sabe a dónde iba. Lucifer estaba dolido, nunca creyó que un día su familia se derrumbaría como si nada, nunca lo vio venir y menos su hija.

Charlie no mostraba como el abandono de su madre le estaba afectando, no quería dejar que la gente la viera así, que sus amigos la vieran tener ese tipo de emociones. Ellos la veían como la temible hija de Lucifer y quería mantener esa imagen, pero en el fondo estaba muy dolida, en su habitación podía ser ella misma y llorar por todo ese dolor que tenía.

Pero ella no solo tenía dolor, también sentía odio, un odio terrible que no podía describir. Tenía odio hacia su madre por haberlos dejado como si ellos no hubieran sido algo en su vida por bastantes años, odio hacia la vida por ser de esa forma con ellos, pero el peor era hacia su padre. Cada mañana ella se despertaba con unos ánimos que estaban por los suelos, se dirigía a la cocina para desayunar y todo lo que se encontraba era a su padre feliz mientras le preparaba el desayuno.

Lucifer: Buenos días, cariño. ¿Cómo amaneció mi niña?

Charlie: Como la mierda.

Lucifer: Ya veo, aquí tengo algo que va a alegrarte.

Cada mañana le daba un desayuno que intentaba animarla, a veces eran hotcakes con forma de patos, a veces eran huevos revueltos, su padre siempre le preparaba lo mejor para ella. Pero Charlie no se enfocaba en eso debido a que su odio estaba enfocado en esa sonrisa, esa felicidad que veía en su rostro cada mañana era algo que la molestaba.

¿Cómo podía ser feliz ese hombre? ¿Acaso nunca fue feliz con su madre? ¿Acaso esperaba que llegara el día en que ella los dejara? ¿Acaso quería que se fuera?

Todas esas preguntas y más llegaban a su cabeza, cada día no podía soportar mantener ese dolor en su corazón, quería gritarle a su padre para saber porqué era así. Ni siquiera podía comprenderlo, ni siquiera sabía si quería hacerlo o no, solo quería respuestas.

Quería muchas cosas, quería que su madre volviera, quería que su padre mostrara una pizca de dolor por el abandono de su madre.

Y cada día era lo mismo, siempre veía esa maldita sonrisa en su rostro que no podía soportar ver, cada día lo veía prepararle el desayuno con esa sonrisa. Su padre siempre se preocupó por ella, cada vez que regresaba de la escuela lo veía preparando el almuerzo, siempre le preguntaba si le había ido bien en su día, pero siempre recibía la misma respuesta.

Charlie: Una mierda como siempre, perra.

Lucifer: Oh, ya veo, que...lindo saberlo.

Charlie: Como sea, déjame en paz.

Lucifer: Está bien, te veo en la cena.

Cuando llegaba la hora de la cena ella no salía de su cuarto, ella no quería hacerlo, no quería verlo, siempre creía que con el tiempo su padre dejaría de creer que ella llegaría a cenar.

Y todo sucedió una noche, ella había estado con su teléfono viendo videos sobre lo que sucedía en el infierno, comenzaba a interesarse en esos temas y siempre se preguntaba cómo sería si los pecadores pudieran redimirse.

Lucifer: Hola, patito, ¿Qué haces?

Charlie: Nada, solo veo lo que hay en internet, es pura mierda.

Lucifer: Ya veo, ¿Te gustaría hacer algo? No lo sé, tal vez quieras hablar con tu padre sobre como te fue en tu día.

Charlie: No, estoy bien.

Lucifer: Oh, que bien por ti, iré a preparar la cena, ¿Qué te gustaría comer?

El Rey Y La Soberana: Lazos InfernalesWhere stories live. Discover now