—Todo esto porque me gusto un hombre. Un patético e insignificante hombre. —Anastasia se quejó. —Ni siquiera sabía que tenía pareja, si lo hubiera sabido las cosas serían diferente.

—Bueno, si no te hubieras metido con su ex, quizás nosotras no nos hubiéramos conocido.

—¿Eso quiere decir que puedo ser su madrina de bodas? —Hice una mueca. —¿Oficiar la ceremonia? —Me quedé en silencio. —Tengo tiempo para convencerte.

—Puedo preguntarle a Madison si le gustaría hablar contigo, pero no prometo nada.

—Genial, dile que pelear por un hombre como él no vale la pena, si hubiera sido por ti me podría odiar.

—Si, no le diré eso. —Dije rápidamente.

—Noah. —Carrie se acercaba a nosotras con una sonrisa. —No pensé que te encontraría aquí.

—Bueno, siempre he trabajado con esta marca. —Respondí cortamente. Vi como miró a la pelirroja.

—Hola, soy Carrie.

—Anastasia. —Mi acompañante le sonrió y ambas estrecharon sus manos.

—Nunca te había visto.

—Soy nueva en todo esto. Noah me ha estado ayudando.

—Veo que sigues intentando buscar talentos por ti misma, Noah. —Me encogí de hombros. —Noah también me ayudó a conseguir buenos contratos con marcas, así que puedes confiar en ella para esto.

—Yo no soy mánager de nadie. —Aclaré. —Solo le hago un favor.

—Es un pago por regalarle algunos tragos gratis. —Anastasia bromeó.

—Ya veo. —Noté como sus ojos cafés me juzgaron, reconocía esa mirada perfectamente. —¿Te ha llegado la invitación?

—¿Qué invitación?

—La de mi prima Isabel, me dijo que te envió un correo.

—¿Quién revisa en verdad su correo? —Me excusé. —Además, no pensé que Isabel me invitaría.

—Sabes que a sus padres les encanta mostrarle al mundo el dinero y el éxito que tienen. —Carrie se sentó a mi lado. —Tenía la esperanza de que fueras para no ir sola. —Se quejó. —Vine a Manchester porque este fin de semana será la boda, ¿no te gustaría que fuéramos juntas?

—No. —Dije cortamente. —Además, no tiene sentido que vayas si se llevan pésimo.

—Mis padres me lo han pedido casi como un favor. Y ahora será más humillante, hazlo como un favor. —Ella juntó sus manos. —No te lo pediría si no hubieras aparecido en mi camino como algo del destino.

—Paso. Además, no me parece correcto ir contigo siendo tu expareja, puede malinterpretarse y es lo que menos quiero en estos momentos.

—¿Qué hay de ti? —Carrie se inclinó para mirar a Anastasia. —¿Te gustaría ir a una boda con barra libre?

—Lo siento, trabajo los fines de semana. —La modelo debía estar verdaderamente desesperada como para pedirle un favor como este a una extraña.

Caminos a Ti.Where stories live. Discover now