5 | Invitado especial.

8 4 0
                                    

5 | Invitado especial.

¡¿Qué hacemos?!

—Ya deja de gritar.

—¡No podemos decírselo a nadie!

—No lo haremos.

—¡Pero hay que decírselo a alguien!

Suspira exasperado mientras se cruza de brazos y deja caer su cabeza hacia atrás, reposándola en el casillero azul a su espalda.

Yo, por otro lado, caminaba de un lado a otro, chillando y moviendo los brazos como una gallina.

—Zanahorias...

—¡¿Qué haremos?!

En cuanto paso frente a él, se acerca y me sostiene por los hombros, mirándome fijamente sin expresión alguna.

O tal vez si: molestia.

—Lo resolveremos —afirma—, ¿si? Por ahora... tranquilízate.

Inhala y exhalo, tranquilizándome a mi misma. Él me suelta, creyendo que logró su objetivo.

—¡Pero, ¿Qué haremos?! —chillo, empezando a andar otra vez.

Vamos a ver, entiendo que estoy algo... exaltada. Pero es que acabamos de descubrir algo sumamente interesante para lograr que despidan al profesor. ¡Era nuestra oportunidad!

Y, aun así, no podríamos publicarlo, ya que estaríamos humillando públicamente a las pobres chicas que son víctimas de él. No teníamos derecho.

El cerebro me iba a mil por hora, en cuanto escucho un chasquido a mis espaldas. Me volteo y me encuentro con que Nick acababa de hacer fuego con un encendedor: estaba prendiendo un cigarrillo. Cubre con su mano el cigarrillo que sostenía entre sus labios mientras lleva la llama al extremo de este y, en cuanto lo logra, se lleva el encendedor al bolsillo de su pantalón y deja escapar una bocanada de humo, mirando al piso.

Odiaba el olor a tabaco. En otra ocasión le hubiese pedido que lo apague, pero... ¿Cómo podría? El fumar era una adicción y no podía pedirle que lo dejase, ni auqnue sea por un momento.

Con algo de comprensión, me vuelvo a voltear pensativa y continúo caminando mientras mastico mis uñas.

Seguía pensando en que esto no podría servirnos a menos que quisiéramos publicar a aquellas chicas. Si le preguntásemos... No, no, la publicación debía de ser anónima.

¿Y acaso hay más chicas? Lo di por hecho, pero a lo mejor la única que estaba pasando por esto era esta, que no conocía ni siquiera su nombre.

Pero no podíamos dejar escapar esto, era demasiado y aunque parte de esto sea para despedir a Brown, esto ya llegaba a un punto que tendría que ver con la ley. Determinar si iría a cárcel o no.

De repente, un foco se prendió en mi cabeza.

—Tengo una idea.

Alzo su cabeza al tiempo que una ceja lo hacía. Con aire interesado, soltó una última bocanada de humo y lanzó el cigarro al suelo, lo pisó, se agachó para recogerlo y caminó unos pasos hasta un basurero, tirándolo allí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 07 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Antes del juego Where stories live. Discover now