Un cumpleaños como el Avatar (Parte 1)

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Chieko se levantó temprano al día siguiente, sin ayuda de la princesa. Bostezó y vió por la ventana de su cuarto. Daba a una montaña cubierta de nieve, en la que el sol de la mañana se reflejaba con intensidad. El Avatar sonrió. Poco a poco comenzaba a encontrarle la belleza a ese pueblo de hielo, tan diferente a su tierra natal.

Suspiró cansada y se levantó para prepararse. Cuando estuvo lista, salió de su habitación en dirección al punto de encuentro, pero al pasar por la habitación de Wei, escuchó gritos. Se detuvo ante la puerta, que se encontraba algo abierta, y espió lo que sucedía.

Eran Wing y Wei, peleando de nuevo. Al parecer, la discusión de la noche anterior había repercutido en ambos.

- ¡Su muerte no fue mi culpa y lo sabes!- le gritó Wing.

- ¿Qué tan seguro estás de eso? No tuviste forma de comprobarlo, ¡nadie la tuvo!- respondió Wei.

- ¿Y por qué crees que tú no fuiste entonces?- atacó su gemelo, cruzándose de brazos.

- Yo nunca dije eso...- murmuró el comisario en respuesta.

- ¡Claro que sí! Ayer en la cena lo dijiste bien claro. Me echaste la culpa y luego te hiciste el inocente, como siempre lo has hecho.-

- ¡Es la única manera que tengo de sobrellevarlo, Wing! ¿Cómo piensas que vivo con la culpa sino? Olvidar me ayuda.-

- Pues entonces eres un maldito cobarde. Negarlo no hará que sea mentira de repente.- sentenció Wing, y se dirigió a la puerta para salir.

Chieko trató de esconderse rápido, pero no lo logró. Cuando el hombre abrió la puerta, ella se quedó parada allí, tiesa y fingiendo que no había escuchado nada. El señor Wing le dedicó una corta mirada, comprendiendo de inmediato, y suspiró.

- ¿Escuchaste todo, cierto?- le preguntó y el Avatar asintió avergonzada.

La pregunta llamó la atención de Wei, quien se asomó por detrás de su hermano.

- Chieko, ¿cómo estás?- le preguntó, dedicándole una sonrisa dulce.

- Bien, gracias, ¿ustedes...?- respondió la castaña.

- Estamos bien, no te preocupes.- contestó rápido Wei.

- Ok...-

- ¿Buscas algún salón en especifico?- continuó Wei, y para Chieko fue obvio que quería evadir el tema de la pelea a toda costa.

El señor Wing también se percató, pues bufó molesto y se fue a paso enojado, en dirección a la cocina. Ambos se quedaron en silencio unos segundos, observando como se iba.

- Busco la biblioteca, ¿sabes donde está?- dijo Chieko.

- Por supuesto, yo te guio.-

Caminaron por un tiempo, entre pasillos eternos, en silencio. La situación de hacía unos minutos había dejado el ambiente tenso y Chieko, a pesar de ser muy curiosa y querer indagar más, no sentía que fuera un gran momento para hacerlo. Así que, en cambio, decidió hablar de otro tema que le carcomía la mente.

- ¿Cómo se conocieron tú y Wing con la reina Shui?-

Wei rió un poco.

- La conocimos cuando aún era una Infanta de la Nación del Fuego, en una reunión entre nuestros padres. Ellos tenían que resolver unos asuntos políticos y nosotros, como aún eramos jóvenes, nos aburrimos y nos escabullimos por el palacio. Shui y su hermano nos hicieron un tour del lugar y allí nació una amistad.- explicó, sonriendo nostálgico y algo apesadumbrado.

- ¿Y qué hay del hermano? ¿También siguen siendo su amigo?- inquirió Chieko y la expresión de Wei se oscureció inmediatamente.

- Nosotros...- comenzó, pero se detuvo de repente frente a una puerta. - Oh, mira que justo, esta es la biblioteca.- dijo, rascándose la cabeza visiblimente nervioso.

La Leyenda de ChiekoWhere stories live. Discover now