22

15 6 2
                                    

Ella era dibujante.
Ella era poeta.
Ella era cantante.
Ella era escritora.
Ella creaba mundos de fantasía y los destruía a placer.
Ella creaba personas y las enamoraba, y les rompía el corazón y las separaba,
las reconciliaba y volvía a enamorarlas.
Ella les dibujaba formas y les llenaba de colores.
Ella les componía canciones y se las cantaba en voz baja, al oído, susurrante.
Ella subía a un escenario inventado en su cuarto y tomaba un micrófono de un viejo karaoke y cantaba, y bailaba, y saltaba haciendo crujir la cama.
Ella escribía versos que no rimaban nada y pensaba que no tenían valor.
Pero le gustaban, así que seguía haciéndolos.
Y esos versos los guardaba soñando con regalárselos al amor de su vida.
Amor que todavía ni había llegado.
Ella, a veces, también era actriz e interpretaba sus propios personajes,
y sacaba de sus entrañas los sentimientos y emociones que luego plasmaría en palabras.
Ella era todo lo que quisiera ser entre las paredes de su habitación, alejada de miradas críticas, y soñaba alto, lejos, sin miedo.
Ella soy yo.
Han pasado años.
Sigo escribiendo, pero no dibujando.
Sigo cantando, pero no bailando.
Sigo creando, pero no interpretando.
He sido mil personajes, pero sigo siendo yo.
Sigo siendo Ella.
 

Quejío (Poemario)Where stories live. Discover now