—Nana, cierra la ventana, hoy no quiero despertar —murmuró Moon bajo las sábanas.

Giselle se acercó a la cama de su hija, caminando lentamente hasta llegar y quedarse parada un momento.

  —¿Así le hablas a la pobre mujer preocupada por tí? —fingió tristeza.

Moon se levantó asustada al oír la voz de su madre a tan solo un metro de distancia, se levantó de golpe rezando por que eso fuese solo una pesadilla o un mal susto.

  «Me traicionaste Nana» chilló internamente, pensando que la habían delatado.

Cabizbaja salió de la cama e intentó no mirar a su madre a la cara, soltó su cabello por ella misma y se sentó para tomar el té y provando el pastel preparado por Nana como si fuese su última cena.
Giselle rió un poco, se acercó al largo sillón al lado de Moon y tomó la otra taza y tomó igualmente.

  —Es extraño que pases a verme a mi cuarto a tempranas horas del día. La última vez me hiciste caminar en el agua —miró de reojo.

  —Me preocupas.

  —Me preocupa más lo que quieres que haga esta vez.

  —No te lo puedo negar —soltó la taza para tocar su rostro.

Moon la miró amargamente, terminó de comer su pastel y esperó hasta que su madre comenzara a hablar. A fin de cuentas quería saber lo que tendría que hacer sin poder decir que no.
Pero no habló, por diez minutos.

  «¿Estará buscando las palabras adecuadas para pedirme que salte de un precipicio?» pensó un poco en burla mientras tomaba su té.

  —La familia Falcón perdió a uno de sus miembros más pequeños, y me gustaría que me acompañes.

  —¿Qué?

Sin mucha explicación y con todos los ánimos del mundo, Giselle hizo que su hija se levantara y termine de despertar para ir a caminar y recolectar pistas.
Después de preguntar y andar de un lado a otro por horas llegaron a una extraña calle, la atmósfera oscura y penetrante hacía que Moon se sintiera un poco mareada, los callejones eran bastante sospechosos de por sí, pero las iluminadas tiendas lo eran aún más. Miró a su madre buscando un poco de tranquilidad, pero ella estaba ocupada buscando de un lado a otro alguna pista. Respiró ondo y se tranquilizó por su cuenta.

  —Deberíamos entrar a las tiendas y preguntar —miró a su hija expectante.

Moon se quedó pensando un poco, miró detenidamente cada una de las tiendas, pero no se le ocurría nada.

  —Quizá el lugar menos llamativo sea donde podamos encontrar más información —murmuró para sí misma.

Su madre negó con la cabeza, sonriendo.

  —Debemos ir a lugares con más personas.

Comenzó a caminar y Moon la siguió para no quedarse atrás, la experiencia no estaba siendo muy agradable. De inicio, no era muy satisfactorio y grato buscar el cuerpo de una persona muerta, mucho menos que su madre pregunte por su opinión cada que puede.
Después de caminar un rato llegaron a un sitio de apuestas, la fila para entrar era enorme, pero eso no era un problema para ellas dos. Apenas llegaron a la entrada les dejaron pasar sin dudarlo, y al entrar se encontraron con un sitio bastante peculiar.

  —¿Ahora que haremos? —preguntó Moon confiando plenamente en las decisiones de su madre.

Giselle le miró y soltó una pequeña risa para después suspirar, mirando el lugar a detalle. Habían hombres peleando, jugando cartas y otros tantos de un rincón cortando en pedazos a una persona viva mientras festejaban con una cerveza, su rostro cambió a una profunda preocupación combinada con una falsa sonrisa.

Lirio Nocturno #PGP2024Where stories live. Discover now