La lágrimas se desbordan por mis mejillas y solo miro hacia la puerta.

   ¿Por qué ella no puede amarme?

   ¿Por qué esto me duele tanto?

  ¿Por qué me duele que ella no me quiera?

  Esto se siente como una odisea. Una que me duele estar pasando.

♧♧♧♧

   Ahora recuerdo lo que se siente no querer ni despertarse a trabajar. Tengo un bajón emocional que ni dos kilos de dulces podrían quitarlo.

   ¿Eso se llama depresión o solo es un bajón emocional?

   De igual forma soy quien tiene la culpa por haberme enamorado tan rápido de ella. Debí medir mis sentimientos y no caer tan rápido en sus encantos.

   Me siento gratificado de no haber roto nada en la casa ayer. Pude controlar mis sentimientos y no sé cómo lo hice. El dolor en mi pecho fue y es tan fuerte que aún lo siento.

   Este día va a ser una gran tortura para mi. Tengo que ver a Emma en el trabajo, si es que su esposo le permite ir.

   Abro los ojos y los tallo para poder abrirlos correctamente. Los cierro nuevamente y me agarro el puente de la nariz meditando en el fuerte dolor de cabeza.

    Mi plan se cayó. Ya no voy a intentar enamorar a Emma. Ella ya tiene esposo aunque se ve que es un maldito abusador.

   Me quito las sábanas del cuerpo y colocando mis pies fuera de la cama, voy hacia al baño para darme una ducha.

   Sentir como el agua acaricia mi cuerpo adolorido y cansado por una larga noche en la que no pude dormir; es refrescante y de mucha ayuda.

   Me quito el agua del rostro y ordeno mis pensamientos.

   Tengo a mi hija y ella me necesita. No puede verme así. Tengo que alejarme de ella lo más que pueda, no creo soportar verla o aun peor sentirla cerca mío, pero eso lo solucionaremos más tarde.

   Salgo de baño, intentando vestirme los más rápido que puedo. Mi madre llevará a Elizabeth al colegio, entonces luego iré a buscarla. Ya la extraño demasiado. Ella me subirá el humor con su bella sonrisa y esos pequeños dientes.

   En mi cabeza luce igual de adorable que siempre.

   Al terminar de vestirme, paso por la cocina, abro la nevera y agarro una bolsa de frutas secas para comerlas en el camino a la editorial.

   Cierro el refrigerador con el fin de entrar mi mano en mi bolsillo y sacar mi teléfono.

   Debo llamar a mi hermana antes de que me mate.

   Mientras la llamada suena, me encamino hacia afuera de la casa, cerrando la puerta con seguro.

   —Hola, idiota. ¿Ahora es que me llamas? ¿Te he matado a un familiar o qué? —pregunta Jennie sin siquiera dejarme hablar.

   Maleducada. Se salva que le soporto porque es mi hermana y me paga bien.

    —Buenos días, bello hermano. ¿Cómo estás? ¿Cómo amaneciste? ¿Dormiste bien? ¿Desayunaste? A eso se le llama educación, maleducada. —respondo queriendo que se enoje.

   Y eso hace.

   Empieza a reírse muy alto, tanto que hace choque con la llamada y el ruido es insoportable.

    —Idiota... ¿Cómo está todo? —pregunta luego de finalizar su burla hacia mi persona.

   Suspiro.

MI DULCE REGALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora